Lupe García y sus enemigos íntimos; el escenario político en El Marqués

Por Valentin Ruiz

El Marqués, Qro.- 15 agosto de 2017.- Mientras en la consolidación de sus aspiraciones  de buscar la candidatura del PAN a la alcaldía, el regidor Lupe García sigue sumando el apoyo de grupos y liderazgos fuera de Acción Nacional, por increíble que parezca, los principales detractores de su eventual designación están en su partido.

Sus detractores se identifican claramente como el equipo político del dos veces alcalde Enrique Vega Carriles y (por instrucciones de éste) hoy respaldan al ex director de ingresos en las dos administraciones de Enrique Vega, el contador Martín Díaz.

Soberbios, sobrados, confiados, corren la versión de que Lupe García no puede ganar en 2018, su argumento es que perdió la elección en 2015. Algo parcialmente cierto. Acción Nacional no mantuvo la presidencia municipal, sin embargo, el candidato no fue el único responsable de la derrota.

No hay que perder de vista que la del 2015, al menos en El Marqués, fue una elección atípica. Bien dicen que la derrota es huérfana y, por principio de cuentas, un hecho incontrovertible es que el equipo político de Vega Carriles que acusa al ahora regidor de perder aquella elección, es el mismo grupo que operó territorialmente la campaña, lo que los hace corresponsables del fracaso del que cómodamente pretenden deslindarse.

Fue una elección a todas luces irregular. El candidato panista se enfrentó a Mario Calzada, sí, pero también a su primo el gobernador José Calzada. Se trató, por tanto, de una elección de Estado que, por definición, son inequitativas para el candidato y partido opositor.

De qué otra manera se explica el crecimiento espectacular del voto priista de 16,126 sufragios en 2012 a 25,585 en 2015 ¿Acaso fue el carisma arrollador de un candidato sin arraigo en el municipio? Por supuesto que no, las razones fueron otras. Ese crecimiento no puede explicarse si no es a través de la intervención del gobierno en el proceso.

Vamos por partes. Primero, la cantidad de dinero del que dispuso el candidato tricolor así como el uso político que gobierno del estado le dio a los programas sociales en beneficio del primo del gobernador fue evidente, era descarado el reparto de despensas y material de construcción, por ejemplo.

Segundo, la masiva y coordinada campaña de desprestigio de la que fue objeto el candidato del PAN y su familia. Se les acusó de todo a él y a sus hijos. Ningún otro candidato en el estado fue tan negativamente mediatizado a partir de mentiras.

Tercero, la participación impune del perredista Gabriel Olvera “El Gavilán” como reventador electoral de Calzada Mercado. Fue acusado y sometido a proceso por el delito de homicidio en grado de tentativa, tras su liberación, se sumo al proyecto del primo del gobernador.

Esta decisión invita al sospechosismo, sobre todo porque habría denunciado que en su detención hubo un trasfondo político. Es decir, se alío políticamente con quién lo habría encarcelado injustamente.

Esta alianza le reporto buenas utilidades al PRI. De los 8,766 votos que el PRD obtuvo en 2012, su votación, de la mano de “El Gavilán” se redujo a 1,461 en 2015.

¿Alguna duda de que se trató de una elección de Estado? Si bien las condiciones externas eran difíciles de remontar para cualquiera que haya sido el candidato de Acción Nacional, Lupe García también recibió en su boleta la calificación de la administración que encabezó Enrique Vega Carriles.

Recordemos que fue una administración sumamente cuestionada por hechos de corrupción de funcionarios de primer nivel y, por tanto, mal calificada por los electores. Esas facturas no se le transfieren al gobernante en turno sino a quien trata de ocupar su posición y ese fue, evidentemente, el candidato panista.

En suma, a Lupe García se le calificó como un candidato soberbio y confiado, pero por más que fueran ciertas esas observaciones, no bastarían para explicar la derrota del PAN en el 2015. En su elección, Lupe García obtuvo 22,848 votos, 3,332 votos más de los que recibió Enrique Vega en 2012.

La diferencia entre el PRI y el PAN fue de apenas 212 votos a favor del primero. Lo que amplio el margen de victoria de Mario Calzada fueron los convenios de coalición que construyen las dirigencias partidistas, no los candidatos. En 2015 el PAN decidió competir solo, en tanto que el PRI se coaligó con Nueva Alianza y el Verde Ecologista, lo que le sumo muchos votos.

Así pues, un análisis objetivo de lo ocurrido hace dos años deja en claro que la insistencia de Lupe García por ser designado candidato no es una locura. Sabe que estuvo muy cerca de ganar, aún cuando se trato de una elección a todas luces inequitativa por la intervención de la administración Calzada y las facturas que le transfirieron a él los ciudadanos inconformes con la administración de Enrique Vega Carriles.

Lo que más sorprende es que sea ese grupo político su principal detractor al interior, sobre todo cuando queda demostrado que es corresponsable de la derrota del PAN en 2015, pero también responsable de haber entregado la presidencia municipal en 2009. Para decirlo con claridad, cada vez que ese grupo político ha tenido la alcaldía (2006-2009/2012-2015), la calificación de los ciudadanos le ha sido adversa en las urnas.