Por Armando Guerra y Valentín Ruíz
SAN JUAN DEL RÍO, QRO., 8 de enero de 2017.- La impartición de justicia en Querétaro ha sido nuevamente puesta en “tela de juicio” y en el “ojo del huracán”, ello luego de que se conoció que hace días, un juez del Tribunal Superior de Justicia absolvió y hasta casi un “usted disculpe” le dio al secuestrador Fernando de Alba Valle, quien duró 8 en prisión por haber participado en la privación de la libertad del empresario de la construcción, el sanjuanense Santos Iván Villeda Reséndiz.
En septiembre del 2008, el juez de primera instancia otorgó a Fernando de Alba Valle el auto de formal prisión por ser miembro de una banda de secuestradores que encabezaba su hermano Juan Carlos de Alba Valle, quienes junto con otros sanjuanenses, entre ellos el conocido Faustino Alcántara Pérez participaron en este secuestro que en su momento conmocionó a la sociedad.
Como se recordará, a las 7:40 de la mañana del primero de septiembre del 2008, al salir de sus oficinas de la colonia Lomas de Guadalupe, el empresario constructor fue secuestrado por varios sujetos quienes lo subieron a una camioneta Lobo color blanca y emprendieron la huida rumbo a un predio localizado en Loma Linda, luego se comunicaron para exigir un rescate de alrededor de 2 millones de pesos, en largas negociaciones, una hermana del secuestrado entregó la cantidad de 830 mil pesos a cambio de su liberación, posteriormente tras arduas investigaciones por parte de la policía, fueron detenidos 6 sujetos por su presunta participación en este secuestro.
Posteriormente como prueba del delito, en la casa de los hermanos de Alba Valle que tenían en la comunidad de El Rodeo, fueron encontrados 110 mil pesos, así como un arma calibre 9 milímetros.
El presunto secuestrador Fernando de Alba Valle inicialmente alegó inocencia ante un juez federal, se hizo reposición del juicio y entonces hace días quedó en libertad por falta de elementos para su procesamiento por los delitos de secuestro y privación ilegal de la libertad.
Luego de salir absuelto por un juez, Fernando de Alba se fue huyendo a la Unión Americana bajo la amenaza de que pudieran fincarle responsabilidad nuevamente en este proceso.
