Destapan red de corrupción global; donador de la Casa Blanca en la lista

Por Proceso

CIUDAD DE MÉXICO, 3 de abril de 2016.- En julio pasado, mientras el escándalo de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera seguía generando primeras planas en la prensa, en las oficinas del discreto despacho D’Orleans & Bourbon Associates en Miami y en esta capital, se armó en apenas diez días una compleja estructura de sociedades internacionales a favor de Juan Armando Hinojosa Cantú, el empresario favorito del presidente de México.

El despacho panameño Mossack Fonseca, una de las cinco firmas más grandes del mundo especializada en la creación de empresas offshore, participó en el diseño del entramado internacional que consistió en la creación de sociedades británicas, integradas por fundaciones holandesas y fideicomisos neozelandeses.

Su objetivo: gestionar a través de esta red offshore más de 100 millones de dólares en activos financieros que Juan Armando Hinojosa Cantú posee en distintas instituciones bancarias del planeta, y que le darían un rendimiento de cinco por ciento anual.

Los despachos tenían claro que esa cantidad sólo representaba una “pequeña parte” del patrimonio del contratista tamaulipeco, quien construyó la llamada Casa Blanca de la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, valuada en siete millones de dólares.

Los operadores financieros consideraban que sería una primera etapa en el camino que, en el futuro, les llevaría a administrar la fortuna de Hinojosa Cantú. Con ello, esperaban poner otro pie en el club exclusivo de los ultrarricos de México.

La fortuna del empresario creció del erario y se disparó desde 2005 al amparo de los gobiernos de Enrique Peña Nieto. En la administración mexiquense y posteriormente en la Presidencia de la República, el actual mandatario otorgó alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de obra pública a las empresas de Hinojosa Cantú –Grupo Higa, Grupo Eolo y Constructora Teya, entre otras—, de acuerdo con investigaciones del reportero Arturo Rodríguez García, publicadas en la ediciones 1984,1985 y 1986 del semanario Proceso.

El nombre de Hinojosa Cantú está escondido en las estructuras que elaboraron esos despachos. Apenas aparecen los nombres de dos ancianas: Dora Patricia Cantú Moreno y María Teresa Cubria Cavazos, –85 y 82 años, respectivamente–. Ambas son originarias de Reynosa, Tamaulipas; la primera es madre de Hinojosa Cantú, y la segunda, su suegra.

En el esquema financiero, el empresario y su esposa “donaron” millones de dólares a las ancianas y los recuperaron a través de un sistema de “restructuración patrimonial”. El dinero proviene de los “ahorros” que el empresario guardó en bancos internacionales a través de empresas fantasmas, a su vez establecidas en paraísos bancarios.

Cuando los empleados de Mossack Fonseca se percataron que Hinojosa Cantú estaba involucrado en el escándalo de la Casa Blanca, pidieron un esclarecimiento a D’Orleans, Bourbon & Associates, en Miami. El despacho respondió que muchos de los periódicos que señalaban la cercanía de su cliente con Peña Nieto “son propiedad de algunos rivales de negocio” de Hinojosa Cantú, como Carlos Slim, y precisó que ése era el caso del New York Times.

Lo anterior se desprende de los 11.5 millones de documentos internos del despacho panameño Mossack Fonseca que una fuente anónima proporcionó al diario alemán Süddeutsche Zeitung y que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) compartió con Proceso y otros 107 medios en el mundo.

Este reportaje forma parte de Panama Papers, la investigación colaborativa global que surgió a raíz de esta filtración, la mayor en la historia del periodismo.

Publicidad negativa

El primero de julio de 2015, Felipe Miguel Fernandes de Matos –asesor del despacho D’Orleans, Bourbon & Associates en Miami– envió un correo “urgente” a Olga Santini, directora de la oficina de Mossack Fonseca en Florida.

“Hemos estado trabajando con el asesor de un cliente de muy alto perfil desde hace tiempo y vemos que se nos va a designar para asistirle en la reestructuración de sus vehículos patrimoniales fuera de su país de residencia”, señaló el asesor en su correo. En piezas adjuntas, envío copias de los pasaportes de Hinojosa Cantú, su esposa María Teresa García Cubría, su madre y sus dos hijas, con la instrucción de mantener los documentos “en la mayor confidencialidad”.

La propuesta de Fernandes a Mossack Fonseca consistía en transferir los activos financieros de seis compañías de Hinojosa Cantú; cuatro en las Islas Vírgenes Británicas y dos en la isla caribeña de Nevis, abiertas por otra firma vendedora de offshore, Trident Trust.

Los destinatarios serían tres fideicomisos establecidos en Nueva Zelanda a nombre de la madre y la suegra del empresario. Luego, estos fideicomisos serían beneficiarios de fundaciones establecidas en Holanda.

Fernandes precisó que las compañías mencionadas poseían portfolios en los bancos JP Morgan, UBS, la Deutsche Bank y Mark&Spencer, por un valor estimado a aproximadamente 100 millones de dólares. Una vez realizada la transferencia de los activos Mossack Fonseca disolvería estas compañías.

“Esta es solamente una pequeña parte del portfolio del cliente, y vemos un alto potencial de crecimiento ya que es uno de los hombres de negocios más prominentes de México. Desafortunadamente, debido a su éxito y su alto perfil, cierto número de personas le tiene aversión y por desgracia hay muchísima publicidad negativa alrededor del cliente”, insistió Fernandes.

El 20 de marzo de 2015, Hinojosa Cantú realizó un contrato de donación a favor de su madre. En este documento le transfirió las cuentas de cheques de cinco compañías, Noble Advisors Limited, Notable Worldwide Corp., Afrika Ventures Limited, Cabbits Marketing Limited y Starbright Investments Inc. El mismo día, María Teresa García Cubría firmó un contrato similar en el que se comprometió a “donar” las cuentas de otra compañía, Provance Limited, a su madre María Teresa Cubría Cavazos.

Apenas tres días antes de la firma de los contratos de donación, la madre del empresario tamaulipeco cumplió 84 años. Y unos meses atrás, investigaciones periodísticas revelaron que a través de distintas razones sociales, Grupo Higa había construido y financiado la casa de la pareja presidencial en Las Lomas, así como la residencia de Luis Videgaray en un fraccionamiento-club de golf en Malinalco, Estado de México.

El pasado 30 de septiembre, la oficina de Mossack Fonseca en Nueva Zelanda se percató que “los resultados de cumplimiento arrojan información adversa del Sr. Hinojosa relacionados con posibles vínculos y beneficios que recibe del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto”. Pidió explicaciones al respecto a Fernandes.

Éste reconoció que “existe efectivamente información adversa con relación al beneficiario en periódicos”, pero precisó de inmediato: “Mucho (sic) de esos periódicos son propiedad de algunos rivales de negocio como es el caso del NY Times de (Carlos) Slim”.

Extrema discreción

Contrario a la mayoría de los despachos de asesoría fiscal, D’Orleans, Bourbon & Associates Group mantiene un perfil de absoluta discreción. No tiene presencia en Internet, y sus documentos internos no indican ninguna dirección fiscal, aunque en su documentación interna, asegura que opera en la Ciudad de México, Ámsterdam, Lisboa, Londres, Miami y Panamá.

D’Orleans, Bourbon & Associates Corporation fue constituida en Panamá el 25 de octubre de 2013 con un capital de 10 mil dólares. Su acta constitutiva, cuya copia obtuvo Proceso, establece sus fines y objetivos, los cuales abarcan cualquier negocio imaginable.

Según el documento, la empresa se dedica a llevar a cabo el negocio del financiamiento e inversiones “en todas sus ramas”, a gestionar la distribución de “cualquier producto o mercancía” –como materias primas, bienes y productos “de cualquier naturaleza”–, así como a “cualquier clase de tráfico internacional de lícito comercio”, “celebrar contratos de toda clase, para cualquier fin lícito”, “continuar su existencia en otro país” y “llevar a cabo en general cualesquiera otros negocios lícitos”.

En México, Rodrigo de Santiago Padilla, de 30 años de edad, representa a D’Orleans, Bourbon & Associates y a sus clientes; entre ellos a los familiares de Hinojosa Cantú.

Sin embargo, el despacho no se encuentra registrado como tal en el país. Opera a través de otra empresa mexicana, Finalmex, SA de CV, SOFOM, ENR –cuyo nombre comercial es Facifin–, instalado en el séptimo piso de una torre corporativa ubicada en el número 12 de la Avenida Patriotismo, en la Colonia Hipódromo Condesa.