Contaminación de la cuenca Río San Juan: enfermedad, muerte y destrucción del ecosistema

e-Cosmovisión

Texto y fotos por: Joaquín Antonio Quiroz Carranza

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SAN JUAN DEL RÍO, QRO., 18 de febrero de 2018.- El río, que toma su nombre de la ciudad queretana de San Juan del Río, tiene su origen en el Estado de México, en el arroyo Ñadó y en la presa de Huapango, atraviesa los municipios de Amealco, San Juan del Río, Tequisquiapan y , en su confluencia con el Río Tula,  toma el nombre de Río Moctezuma el cual desemboca en el Golfo de México.

En su recorrido el Río San Juan llega a la Presa Centenario, ubicada en la cabecera municipal de Tequisquiapan, donde arrastra todos los vertidos industriales, agropecuarios, urbanos y domiciliares, convirtiéndose, así,  en un gran cauce de aguas negras.

Entre los contaminantes que arrastra la corriente del Río San Juan se encuentran el mercurio y cloro, usado el primero como fungicida y el segundo como blanqueador en la industria papelera. Del 100% del mercurio utilizado por la industria papelera de San Juan del Río, entre el 5 y 20% se descarga como desecho en el cuerpo de agua, mientras que el resto permanece en el papel hasta que finalmente es liberado al ambiente cuando se quema en los tiraderos a cielo abierto,  o contamina los mantos freaticos por lixiviación. El mercurio también se usa en las industrías de productos eléctricos, electrónicos, de pinturas y en el sector agropecuario. Una fuente doméstica de mercurio es el uso de focos ahorradores, los cuales al romperse disipan gas mercurial en la atmósfera de interiores o exteriores.

Particularmente en el Río San Juan los niveles de mercurio oscilan, según la temporada, entre 0.5 y 1.0 ug/L (microgramos por litro), mientras que el límite máximo recomendado por las normas oficiales es de 1.0 ug/L. Los niveles de mercurio en las aguas del río y de la presa se incrementan conforme aumenta la demanda de productos industriales como el papel, pintura, barnices, electrónicos, entre otros.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio es tóxico para el sistema nervioso central y periférico. La inhalación de vapor de mercurio es perjudicial para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, los pulmones y riñones, con consecuencias a veces fatales. Es corrosivo para la piel, los ojos y el tracto intestinal y, al ser ingerido o inhalado, resulta tóxico para los riñones. Tras la inhalación, ingestión o exposición cutánea a distintos compuestos de mercurio se observan trastornos neurológicos y del comportamiento como son: temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras. En seres humanos expuestos durante varios años a niveles atmosféricos de al menos 20 μg/m3  (microgramos por metro cúbico) de mercurio, se observan signos de toxicidad en el sistema nervioso central y en los riñones que van desde la presencia de proteínas en la orina, en una cantidad superior a la normal, a la insuficiencia renal crónica.

Diversas instituciones médicas de San Juan del Río han evidenciado un incremento espectacular de enfermedades renales, por ejemplo “Nefrovida” atendió a 70 personas en 2016 con estos padecimientos, mientras que en el 2017 esta cifra alcanzó los 160 pacientes, esto representa un incremento del 110%. Estas cifras son únicamente de los pacientes registrados en el Hospital General del municipio, sin considerar las del IMSS e ISSSTE.

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De esta forma, la contaminación del Río San Juan representa el preámbulo anunciado de una muerte lenta y dolorosa de la economía queretana, la cual en los próximos años ya no contará con suficiente agua para satisfacer los requerimientos de sus ciudadanos, de la industria y del sector agropecuario, la salud humana se verá deteriorada significativamente, las inversiones se desplomarán, la producción agropecuaria de exportación no será aceptada en los lugares de destino y Querétaro dejara de ser el paraíso industrial y laboral que con tanto bombo y platillo se anuncia a diestra y siniestra.

La propia OMS llama a eliminar la producción de mercurio y Greenpeace  la del cloro, por ser dos sustancias extremadamente peligrosas para la salud humana, entre la medidas propuestas se encuentran eliminar sus usos en la industria papelera, eléctrica, electrónica, de pinturas, farmacéutica y de la cosmetología.

Entre las acciones que la sociedad civil debe realizar están: no usar lámparas fluorescentes y focos ahorradores de gas mercurial, pilas y baterías, tampoco lámparas de vapor de sodio a alta presión, eliminar el consumo de papel de todo tipo en cuadernos, agendas, fotocopias, así como pinturas, barnices, plaguicidas, entre otros.

Reza el dicho que “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”, en este sentido, la responsabilidad en el decremento de la salud humana y de los ecosistemas de la cuenca del Río San Juan es  de las industrias del papel, pinturas, productos eléctricos y electrónicos, la corrupción de los servidores públicos y el consumo de productos con mercurio por parte de la población. La única ventaja de la contaminación es que prácticamente afecta por igual a ricos y pobres, las enfermedades y la muerte impactan equitativamente en los trabajadores, los empresarios, los funcionarios públicos y la sociedad civil.