AQUÍ: Rituales de Año Nuevo; para encontrar el amor, tener abundancia y suerte

Por Agencias

Querétaro, Qro.- 30 de diciembre de 2017.- La cultura mexicana está llena de tradiciones y creencias que son una práctica común en la vida de muchas familias mexicanas, algunas de las más populares representadas en los llamados “rituales” que se realizan al final del año para atraer buena fortuna en los meses venideros.

Desde comer un racimo de uvas al sonar las doce campanadas de Año Nuevo o colocarse ropa de determinado color para atraer la suerte, el amor y el dinero, los rituales navideños y de fin de año son muy populares entre la población, dado que aunque hay quien los ve con escepticismo no se puede negar que este tipo de rituales forman parte de las celebraciones de fin de año en todo el País.

LOS RITUALES DE AÑO NUEVO

Comer doce uvas:

La tradición dicta que se debe comer una uva con cada campanada cuando se marquen las 00:00 horas, medianoche, de Año Nuevo, este ritual es usado para atraer suerte el resto del año, aunque hay familias que piden doce deseos, uno por cada uva consumida.

Usar ropa interior de colores:

De acuerdo a la superstición, el uso de ropa interior de diferentes colores durante la fiesta de fin de año atrae suerte, salud o amor, dependiendo del color de la prenda.

Por ejemplo, una prenda de color rojo sirve para atraer el amor, mientras que con el amarillo se busca atraer dinero para el próximo año.

Pasear con las maletas:

Correr con una maleta alrededor de la casa o colocarlas junto a la puerta durante los últimos minutos del 31 de diciembre, esta actividad se hace con la intención de realizar al menos un viaje durante algún momento del año que viene.

Barrer la casa:

Este ritual se hace en punto de las 00:00 horas, teniendo la precaución de que el barrido se haga de la puerta de la casa a la calle para limpiar la vivienda de “malas vibras” y atraer la buena fortuna.

El borrego de la abundancia:

Este ritual de Año Nuevo consiste en colocar la figura de un borrego de lana (preferentemente que haya sido regalado) en una ventana o la entrada de la puerta con un cordón rojo atado al cuello, a veces acompañado de una bolsita de semillas, para que no falte la abundancia todo el año.