Por Jorge Coronel
QUERÉTARO, QRO., 9 de noviembre de 2017.- En el año de 1994, en su último Informe de Gobierno, el entonces Presidente de la República Mexicana, Carlos Salinas de Gortari, pronunció una frase para la historia de este país ante los reclamos de la bancada perredista: “Ni los veo, ni los oigo”.
La reciente (enésima) gira nacional de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente nacional del partido Morena, ha estado enmarcada por las constantes protestas de los militantes ante la serie de irregularidades que se presentan al interior del mismo; lo mismo en Veracruz, que en Guanajuato, también en Chihuahua y en Morelos, entre otros estados del país, la consigna es que Morena está cometiendo las mismas cochinadas que tanto dice repudiar.
En Querétaro, por supuesto, la molestia de las bases fue la constante, tan es así que desde el lunes 6 de noviembre del presente año, por la noche, un grupo de militantes tomó la oficina estatal (ver: http://vozimparcial.com.mx/2017/11/06/ultima-hora-toman-instalaciones-morena-queretaro-protesta-la-dirigencia-estatal-corrupta-autoritaria/33097/ después, en Tequisquiapan, las bases también se hicieron presentes (ver: http://vozimparcial.com.mx/2017/11/08/cumulo-quejas-se-lleva-andres-manuel-visita-queretaro/33188/
Ante este malestar, que es a nivel nacional, AMLO ha recurrido a la salida fácil: “Son infiltrados”, dice; ante el reclamo de las bases, AMLO se refugia en frases políticamente correctas: “Son gente pagada por la mafia del poder”; ante la exigencia de transparencia, AMLO sólo suelta un “Son gente enviada por el PRIANRD”; ante la exigencia de respeto al Estatuto interno, AMLO osa decir que son “reventadores”.
AMLO, con estas declaraciones, se hace un daño terrible; sus detractores (que son muchos), ya tendrán leña de dónde cortar para calificarlo como “autoritario”, pero además la falta de una autocrítica podría traer severos problemas de cara a la elección del próximo año. No querer ver que Morena presenta serias divisiones en todo el país es alimentar la mentira; no querer ver la división de Morena es sólo ver la asfixia de un joven partido que se está ahorcando a sí mismo, poco a poco.
AMLO, con su terquedad, con su cerrazón ante la militancia de Morena de todo el país, está imitando a la perfección al que supuestamente es su mega archirrival, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari: “Ni los veo, ni los oigo”.
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