“Carmen”, la sexoservidora que a punto estuvo de ser asesinada por su “cliente” en Pedro Escobedo

Por Voz Imparcial

PEDRO ESCOBEDO, QRO., 27 de enero de 2018.- Una de tantas historias dignas de ser contadas, son las vicisitudes que tienen que pasar las sexoservidoras, quienes prestan sus servicios en los principales bares que se hallan en este municipio, llamando la atención la historia de “Carmen”, una mujer originaria de Morelia, Michoacán que a punto estuvo de ser asesinada por uno de sus clientes.

Ocurrió el pasado fin de semana, “Carmen” fue contactada por un hombre quién le pidió un servicio de sexo, fueron a la habitación y ahí, el joven intentó estrangularla sujetando con fuerza su cuello, “Carmen” no podía siquiera gritar por más que pretendió, pero como pudo, logró emitir un ‘ay’ prolongado que alertó al hombre que las ‘cuida’ al exterior de la habitación, quien fue el que la salvó de la muerte.

“Era un joven alto, de tez blanca y ‘flaco’, por sus ropas que vestía se apreciaba que era de ‘buena clase’, me pidió un ‘servicio’ y convenimos el precio, pero cuando estuvimos en la cama, intentó asesinarme, fue todo muy rápido, él me agarró de mi cuello –se aprecian en “Carmen” las huellas marcadas-, queriéndome matar”, dice afligida “Carmen” durante la entrevista.

Añade que cuando su compañero de trabajo que las cuida afuera de las habitaciones y su objetivo es que los clientes paguen lo convenido escuchó su grito, ingresó de inmediato al cuarto y retiró las manos del tipo que intentó matarla, éste salió corriendo y en el exterior del tugurio, había un auto en marcha que ya lo esperaba, luego perfiló con rumbo a la comunidad de El Sauz donde se perdió en la obscuridad.

Con tres hijos que mantener, “Carmen” trabaja de jueves a domingo en esta actividad que desde ahora, considera peligrosa: “nunca me había pasado algo así, pero de verdad sentí la muerte”.

Después de esta terrible experiencia muy comentada por las sexoservidoras, en el bar “La Huasteca” (nombre ficticio usado para mantener el anonimato del bar), cuando ellas convienen con sus clientes, las puertas de las habitaciones deben quedar entre abiertas, con el fin de evitar algún “feminicidio”.