Por Valentín Ruíz
QUERÉTARO, QRO., 8 de agosto de 2016.- Han sido varias las encomiendas que el gobernador Francisco Domínguez ha conferido al subsecretario de desarrollo político y social de la secretaría de gobierno José Ramón Fernández de Cevallos y Chavarría, pero éste no ha podido entregar buenas cuentas a su jefe.
Basta recordar cuando se presentó el conflicto en Tequisquiapan al inicio de la administración estatal, cuando Fernández de Cevallos mostró su incapacidad al solo avivar los ánimos entre las partes actoras, desatándose posteriormente aquel enfrentamiento entre policías y manifestantes una noche de noviembre.
Posteriormente, asistió José Ramón a tratar de mediar con maestros y padres de familia en un escuela de San Juan del Río viéndose vapuleado por la turba quienes llamaron “títere” al incapaz Fernández de Cevallos, por lo que se fue incrementando la ineptitud en el servicio público de este personaje que solo tuvo la virtud de entregar gorras en la campaña de Pancho Domínguez.
Y la gota que derramó el vaso fue la nula capacidad que mostró Fernández de Cevallos con comerciantes de la Alameda Hidalgo, a quienes les dijo que “por las buenas” se podría mediar, pero que quitaran su bloqueo a las vialidades y es que este funcionario está acostumbrado a amenazar frontalmente en todo conflicto diciendo; “aceptas por las buenas o por las malas”.
Será el propio gobernador del estado quien decida el futuro de su impulsor político, ya que fue justamente éste personaje sobrino del “Jefe Diego” quien lo catapultó políticamente, al llegar a San Juan del Río en reuniones panistas para presentarlo a quienes les dijo: “quiere ser diputado federal”, y ahí arrancó Pancho la carrera política que hoy conocemos.
