La Discapacidad: Estigma y Utopía social en el siglo XXI

Por Sandra Villanueva

QUERÉTARO, QRO., 22 de febrero de 2018.- La discapacidad en México y en el mundo ha sido no solo un estigma social, es también un estereotipo que a pesar de los avances tecnológicos y sociales, aun no se logra abolir. Las personas que sufren algún tipo de discapacidad viven ambas problemáticas día a día, sintiéndose limitados y segregados, privados de una vida plena, situación puede causar mucho daño emocional y moral en las personas que viviendo con esta problemática, tratan de integrarse a la vida social y económicamente activa. Enfrentando discriminación se ven a sí mismos como personas sin valor, como seres inútiles e incapaces de salir adelante en la vida.

Estos sentimientos de poco valor, segregación y limitación; se agravan al percatarnos de la ignorancia acerca de la discapacidad y los temas que afectan a quien la vive, así como la falta de civismo básico y de respeto a los símbolos relacionados con la discapacidad.

Es producto del estigma y del estereotipo cuando vemos la ignorancia y falta de conciencia social con respecto a la discapacidad: a través de los tiempos y en nuestra sociedad, aun se ve a la persona en cuestión como alguien marginal, improductivo, que solo necesita más ayuda y atención, no es alguien ‘normal’, es un loco, desviado y objeto de caridad. Existen tanto personas como paradigmas sociales que incluso ven aun la discapacidad como un “castigo de Dios”, un error o lastre social.

En nuestro México, se relega y se esconde a muchas personas con estos problemas, se considera que las personas con discapacidad solo deben de estar en hospitales e instituciones, solo siendo expuesta con respecto a su capacidad de generar lastima. En el ámbito familiar y profesional, la eliminación, el abuso y la segregación de personas con discapacidad es endémico.

Existe una variedad de términos para referirnos a las personas con discapacidad pero, de nada sirve querer suplantar los términos percibidos como menos correctos: lisiado, minusválido, discapacitado; por el término ‘personas con discapacidad’ si con el cambio en el lenguaje no viene también un cambio en la educación del mexicano en relación a la problemática de la discapacidad, esto en sentido general.

Parte de esa educación debería iniciarse desde nuestras casas, sin embargo frecuentemente es relegado a las escuelas, en donde desafortunadamente vemos que los Profesores tampoco conocen que significa ser ‘persona con discapacidad’, ya que no existe la capacitación para que los Educadores o Profesores y personal que trabaja en escuelas sepan trabajar con niños y jóvenes con discapacidad. En los medios de comunicación tampoco vemos que exista la cultura de la discapacidad, ya que se ha estereotipado a la persona con discapacidad como ‘loco’, poniéndolo en novelas y películas como el villano, el asesino, el de las intrigas, es el que usa un parche, una pata de palo, el que tartamudea o sufre trastornos emocionales y mentales, peor cuando usa silla de ruedas, ya que lo presentan como alguien que en las noches ‘se levanta de la silla’ y hace maldades, de igual forma sucede cuando se presenta que la discapacidad será curada por Dios, por un milagro o por propia decisión y fe, también igual de improductivo es el mal informar que con seguir una rutina de ejercicios o terapias, la persona con discapacidad va a ‘volver a caminar de la noche a la mañana’. Lamentablemente esto, aunque pudiese ser posible, pues tampoco sucede tan rápido, ya que incluyen muchos factores para que esto llegara a ser realidad.

Hablar de temas de discapacidad es algo que no es fácil, es un tema muy vasto del cual se desconoce bien la problemática específica, abarcando incluso temas taboo como el sexo, la independencia, la soledad y otros aspectos que aún no son considerados importantes, de igual forma, se creen que las personas en esta situación solo buscan atención o que la gente los vea con lastima.

La discapacidad es algo que no basta con hablarse un rato, no es una moda, ni tendencia, ni algo que desaparezca milagrosamente, la discapacidad es un estilo de vida y debe existir más apoyo y atención al mismo, así como información para brindarle a las personas con discapacidad una vida más fácil y adaptada a su entorno.

La igualdad y la inclusión de personas con discapacidad en la vida activa y productiva es aún una utopía no solo en nuestro país, sino también en muchas partes del mundo, en donde muy pocos niños y jóvenes discapacitados tienen oportunidad de una educación digna y muchos adultos con discapacidad al no haber podido estudiar, pues tampoco tienen empleos, o si los tienen estos son relegados a bodegas en donde no sean vistos. Por otro lado no existe un transporte en el cual las personas con discapacidad puedan movilizarse y llegar a sus escuelas, terapias, trabajos o simplemente ir a una tienda, todo esto, además del hecho de que la mayoría de personas con discapacidad no son sujetos viables o con derecho de obtener préstamos, ni créditos porque obviamente carecen de ingresos, lo cual los hace vivir como fantasmas en la sociedad.

Falta mucho por hacer para lograr la inclusión completa de personas con discapacidad en la sociedad, debemos primeramente darnos cuenta que estas personas existen y aceptarlas con su problemática, sin minimizar lo que viven y sienten y recordando que nadie está exento de llegar a ser una persona con discapacidad.