Joaquín Antonio Quiroz Carranza
QUERÉTARO, QRO., 01 de febrero de 2025.- En todo momento de la historia de la humanidad, los seres humanos han intercambiado objetos, primero mediante el trueque, luego el intercambio comercial, en todo momento la demanda creo la oferta y la oferta la demanda.
Los poderes esclavistas, feudales, capitalistas e imperialistas han determinado que mercancía es legal y cuál no. Y a quienes comercian mercancías “ilegales” los han etiquetado de piratas, corsarios, fayuqueros, narcotraficantes.
Todo es legal o ilegal dependiendo de que un grupo de personas lo determinen, ese grupo de personas se llaman legisladores.
Hasta 1910 en Estados Unidos de Norteamérica la herbolaria, la naturopatía y otras terapéuticas naturales eran legales, con la conformación del monopolio farmacéutico se decretaron ilegales y se les persiguió con “todo el peso de la ley”. El voto femenino era ilegal, porque el poder patriarcal así lo determinaba, la homsexualidad era prohibida, lo mismo que el alcohol y el orgasmo femenino.
La ley, siempre y en todo momento, estará al servicio del poder en turno.
Así que la determinación de legal o ilegal, es un mero trámite, un montón de papeles y discursos. La realidad es que las personas consumimos frutas y verduras asperjadas con sustancias prohibidas, comemos huevos con hormonas no permitidas legalmente, carne con clembuterol, prohibido internacionalmente, respiramos dioxinas, bifenilos policlorados, furanos, hexaclorobencenos, absolutamente prohibidos por leyes internacionales, morimos de cánceres gestados por condiciones ilegales.
Pero las “buenas conciencias” se horrorizan con la mariguana, el crack, el cristal o el fentanilo y otras sustancias que consumen seres humanos sin amor, abandonados, deprimidos por la economía y la moral capitalista: Hipócritas, fariseos, raza de víboras.
En Tequisquiapan, como en todo el mundo, hoteles, supermercados, invernaderos, empresas, marcas comerciales, negocios medianos y hasta pequeños tienen la “bendición” o inversión de capitales generados con el intercambio comercial de una mercancía nombrada: droga y a sus inversionistas: narcotraficantes.
Sin moralismos hipócritas, sin excomuniones falsas, la sociedad en su conjunto debemos nombrar las cosas como son, la compra-venta de sustancias que alteran la conciencia, hagan daño o eliminen síntomas de enfermedades son mercancías, sus establecimientos: farmacias o droguerías. Su intercambio comercial se da por que existe la demanda y punto.
Ahora bien, el fentanilo es un analgésico, el dolor existe porque el organismo no produce suficientes oxitocinas, el orgasmo provoca la generación de oxitocinas y la eliminación del dolor, en vez de drogas, sexo diario y satisfactorio.
Hagamos el amor, no la guerra.
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