Por Joaquín Antonio Quiroz Carranza
SAN JUAN DEL RÍO, QRO., septiembre 25 de 2024.- Práxedis G. Guerrero fue de esos seres humanos cuya vida transita a una velocidad inusitada, al morir en combate contaba tan sólo con 28 años y había sido, escritor, periodista, propagandista, agitador, revolucionario, guerrillero, Delegado Especial del Partido Liberal y de forma póstuma General, Benemérito del Estado de Chihuahua y Héroe Nacional, títulos, estos tres últimos, que aseguran sus biógrafos, Práxedis hubiera desdeñado, porque así como desistió de su carrera militar y universitaria, despreció, incluso de forma legal, la riqueza familiar indicando que sus bienes se distribuyeran entre los más necesitados, porque vivió y murió como un verdadero anarquista.
Criticó la propaganda que pretendía ensalzar a Francisco I. Madero como un “obrero agrícola” y reconoció que el Apóstol de la democracia era un burgués y latifundista que explotaba a sus trabajadores; también amonestaba al pueblo, subrayando la responsabilidad de éste en el mantenimiento del estado de las cosas, preguntándose ¿existirá un tirano sobre un pueblo que no le diera elementos para sostenerse. Un malhechor común puede cometer sus fechorías sin la complicidad de sus víctimas? “un déspota no vive ni tiraniza sin la cooperación de una parte numerosa de sus víctimas”; afirmando que “la tiranía es el crimen de las colectividades inconscientes contra ellas mismas” pero creía fervientemente en la educación política, la propaganda y la organización popular, señaló que: sembrando rebeldía se cosecha libertades.
Este revolucionario fue, además, promotor de los derechos de las mujeres, criticó fuertemente todo acto que las demeritara, por ejemplo condenó a los judíos por considerar a la mujer impura y vendible, propiedad absoluta del padre y a otras culturas por considerarlas objeto y no sujeto. A la religión denominó “el enemigo más terrible de la mujer”, “el auxiliar de los déspotas caseros y nacionales; su misión – de la religión- es la del domador; caricia o azote, jaula o lazo, todo lo que emplea conduce al fin: amansar, esclavizar a la mujer en primer término, porque la mujer es la madre y la maestra del niño, y el niño será hombre”.
Para las venerables costumbres, Práxedis no tenía más que desprecio, porque señaló que por ellas “La mujer no puede ser mujer, no puede amar cuando ama, no puede vivir como la libre compañera del hombre, porque las costumbres se oponen, porque la violación a ellas trae el desprecio y la blefa, el insulto y la maldición. La costumbre a santificado su esclavitud, su eterna minoría de edad, y debe seguir siendo esclava y pupila por respeto a las costumbres. Si la costumbre es un yugo, quebremos la costumbre por más sagrada que parezca; ofendiendo a las costumbres la civilización avanza. El “qué dirán” es un freno; pero los frenos nunca han liberado pueblos, satisfecho hambres, ni redimido esclavitudes”.
El 19 de diciembre de 1910 cruzó la frontera entre Estados Unidos y México junto con un grupo de 22 rebeldes, de enfrentamiento en enfrentamiento con el ejército de Porfirio Díaz el contingente creció, en Sapeyó (al sur de Ciudad Juárez) conquistaron la estación de ferrocarril el 23 de diciembre, dinamitando los puentes e interrumpieron las líneas de comunicación. El 24 de diciembre en Ciudad Guzmán decidieron tomar como emblema la bandera roja y como lema “¡Tierra y libertad!”; el 27 de diciembre toman Corralitos, al día siguiente sitian Casas Grandes, el 29 irrumpen en Janos y, en la mañana del día 30 de diciembre la ciudad se encontraba en manos de los guerrilleros liberales, pero Práxedis Guerrero había muerto por una bala que le dio en la cabeza.
Ya para entonces México estaba incendiado, Porfirio Díaz huye a París, la revolución burguesa triunfa en detrimento de la revolución liberal y anarquista. Ricardo Flores Magón declaró sobre la muerte en combate de Práxedis Guerrero:
“no, Práxedis no ha muerto, el hermano querido vive…Práxedis era el alma del movimiento libertario.. era el hombre más puro, más inteligente, más abnegado, más valiente con que contaba la causa de los desheredados”.
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