El violento y ensangrentado Querétaro: aceptar que hemos fracasado

Por Jorge Coronel

QUERÉTARO, 8 de abril de 2019.- Hace sólo algunas horas que Querétaro amaneció con las noticias de que al menos una decena de personas había perdido la vida a punta de balazos.

Este hecho mueve, por supuesto a la reflexión: ¿Qué nos pasó? ¿En qué momento se nos fue Querétaro de las manos? Se nos fue en el momento en que todo Querétaro pasó a la mera simulación. El violento y ensangrentado Querétaro está así porque nuestros gobernantes han fallado en su tarea primordial: la de gobernar para el bien común.

Ellos, nuestros gobernantes (alcaldes capitalinos y Gobernador del estado), de cualquier color partidista, están sólo obsesionados por hacer negocios a diestra y siniestra. Es, se percibe en los hechos, su única misión: enriquecerse.

Han fallado los dizque “representantes del pueblo” (diputados y regidores) porque sólo alzan la mano a la orden del gobernante en turno para aprobar actos oprobiosos que muchas veces dañan al ciudadano de a pie.

Han fallado los partidos políticos, ya sean éstos de derecha, de centro, de izquierda, de cualquier ideología: viven en la hipocresía porque sus dirigencias y militantes son los primeros en traicionar sus estatutos.

Hemos fallado como ciudadanos porque nuestra apatía, nuestra conformidad, ha permitido el abuso al por mayor de las autoridades en turno. Estamos más preocupados por rendir pleytesía al Dios terrenal llamado dinero que en participar activamente en la vida pública de nuestro estado.

Han fallado las instituciones educativas-todas-, pero en especial las universidades porque desde su burbuja y confort no quieren percibir el estado de las cosas: nuestro Querétaro se cae a pedazos y el mundo académico no alza la voz.

Ha fracasado el Querétaro que se dice mayoritariamente “católico”, pero que es incapaz de cumplir el “No matarás”, el “No hurtarás”. Mención especial merecen la mayoría de los medios de comunicación locales (¿de comunicación o de incomunicación?): no sólo han fallado en su misión de informar con veracidad sobre lo que acontece en la entidad, sino que incluso han traicionado al público porque sólo repiten el discurso oficial: “En Querétaro nada pasa y sólo hay hechos aislados”.

Como sociedad civilizada hemos fallado, hemos fracasado. Nuestras autoridades deben aceptar que en Querétaro están pasando muchas cosas. Repetir que aquí nada pasa sólo traerá consecuencias nefastas. En sociedad, en conjunto, debemos aceptar que hemos fracasado. Que como ciudadanos hemos dejado de hacer muchas cosas y hemos sido cómplices que nos han llevado al despeñadero.

Si no aceptamos que hemos fracasado en cuanto a tener un mínimo del buen vivir estamos condenados a repetir la historia, la sangrienta y violenta historia del Querétaro actual.

Peor aún: seguiremos viviendo en la simulación hasta que la ola de violencia acabe, de un plomazo, con nuestras vidas.