Por las libertades cannábicas: Una crítica a los tres poderes (de antes y de hoy)

COLABORACIÓN ESPECIAL PARA VOZ IMPARCIAL

Por Luis Felipe Samayoa Morán

Casi siempre utilizamos las redes sociales con fines de entretenimiento, pero su impacto político es indudable. Por ende a quienes les interese este tema agradeceré muchísimo la lectura del mismo y que pudieran compartirlo, ya que muchos ciudadanos estamos dispuestos a defender nuestro derecho a la salud y a la libre autodeterminación de la personalidad como el principio que nos gobierna y nos lleva a la solidaridad entre distintos grupos vulnerables.

En efecto, se ha dado un paso importante tras la consolidación de la jurisprudencia con 5 fallos a favor de los consumidores adultos, es decir, que en este país ya tenemos a medias tintas este derecho tan peleado. Sin embargo, si usted planea empezar un proceso de amparo contra el Estado y poder cultivar sus propias plantas, ya sea con fines terapéuticos y de mejoría de la calidad de vida o por acceso a las actividades lúdicas que implican, considerando que dicho ente aún no puede garantizar este derecho, es indispensable que conozcan algunos datos jurídicos que nos hacen pensar si en efecto hay voluntad para dar el paso mínimo y avanzar concretamente en el tema, sin choro, pues.

La jurisprudencia se alcanzó en términos de proceso: se lograron con éxito y rápido los 5 fallos a favor de los consumidores, y los pasos siguientes para la regulación del mercado y toda la cadena de producción tendrían que pasar a manos del poder legislativo; sin embargo, muchas personas nos preguntamos a qué se debe la lentitud para que cualquier juez de distrito otorgue el fallo bajo imposición del poder judicial.

Muchos culpamos a la ineficiencia burocrática de la COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), otros a que la única mención se hizo desde el Senado de la República y, además, con planteamientos corregibles y muy cuestionables se sumaron el PRI y Movimiento Ciudadano a manera de confrontación más que de construcción de propuesta; fanfarrea electorera, quizás. Sin embargo, muchos procesos de permiso y amparo trabados (con fuente directa que podrían ser más de 6 mil ) no se debe a los errores administrativos a los que estamos acostumbrados en México, si no a la falta de voluntad de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Permítanme explicarles: Usted tiene dos vías para lograr su permiso de autocultivo de cannabis ante la naturaleza de la jurisprudencia:

1•. La primera, sería obtener la negación de la COFEPRIS para cultivar y proceder a un juicio de amparo contra el Estado para invocar la jurisprudencia y cualquier juez podría darle su permiso. Sin embargo, esto no pasa.

2• Ponerse a cultivar, arriesgándose a ser detenido, en prisión preventiva, considerando que un abogado acuda a la invocación de la jurisprudencia, saliendo libre a la brevedad sin antecedentes penales.

Esto tampoco va a pasar. Ahora podrá preguntarse: ¿Por qué? Desgraciadamente, muchos tenemos convicciones plenas sobre el nuevo paradigma del gobierno federal, pero en algunas circunstancias pareciera ser que, además de la corrupción como “cáncer social”, pudiera ser que la metástasis se provoque ante la ineficiencia burocrática y falta de voluntad política, siendo esto aún peor. Seguimos viendo “el riesgo de la opinión pública como costo político” pensando que quizás la política podría seguir sintiéndose vulnerable al escuchar y atender las demandas, irónicamente, de grupos vulnerables. Hoy, la SCJN queda con una aceptación popular importante en materia de construcción de nuevos y legítimos derechos, sin embargo, aunque usted amable lector no lo pueda creer, sin jurisprudencia publicada en el Diario Oficial de la Nación, NADIE PUEDE INVOCARLA con fines efectivos para el cumplimiento de este derecho. Ahora la única vía es solicitar copias certificadas de los 5 amparos anteriores, con autorización de la corte y el INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales) para que un abogado tenga argumentos jurídicos de una jurisprudencia que aún sigue en el limbo ( como aquella vez que el antiguo régimen del México moderno -a lo que chistosamente hoy nos referimos como PRIANISMO- hizo con el cannabis medicinal de porcentajes controlados de componentes y como también es costumbre de importación.

Todo un lujo para los enfermos). Efectividad burocrática, reajuste institucional, lentitud de comisiones de senado, de diputados, votación en pleno, compromisos y presiones internacionales, la moral religiosa y del ciudadano correcto, el paternalismo político, entre otras, son los pretextos que escuchamos a diario al momento de cuestionar el por qué no tenemos avances. Por ende, nuestro activismo en materia de cannabis y derechos de grupos vulnerables en general seguirá señalando que la falta de voluntad política en una democracia puede ser la estrategia perfecta para disfrazar la indiferencia. Señores ministros, poder ejecutivo, senadores y diputados: la construcción de la confianza del ciudadano no merece pretextos para justificar la sordera entre gobierno y población. Basta de audiencias. Basta de pretextos. Efectividad del poder público. Demandas que cualquier nación, por más lastimada o beneficiada que esté, merece en el corto, mediano y largo plazo.