Dos reos se han fugado de cárcel donde recluyeron al Chapo Guzmán

Por Agencias

ESTADOS UNIDOS, 1º de febrero de 2017.- K ⎯ El Centro Correccional Metropolitano, la fortaleza color óxido en el Bajo Manhattan donde se alberga a cientos de reos federales, fue descrito como menos hospitalario que la Bahía de Guantánamo por un preso que había estado encarcelado en ambos lugares. La media docena de reos de más alto riesgo ⎯ o al menos los que enfrentan los cargos más severos ⎯ son retenidos en condiciones de tanto aislamiento que algunos les han culpado por el deterioro de su visió.

Aquí es a donde agentes federales trajeron a Joaquín Guzmán Loera, el capo del narcotráfico conocido como El Chapo, cuando fue extraditado a Estados Unidos tras dos fugas de cárceles de alta seguridad mexicanas.

El Centro Correccional Metropolitano, que albergó a Ramzi Ahmed Yousef, el autor intelectual del atentado explosivo de 1993 en el World Trade Center, y Bernard L. Madoff, quien orquestó una estafa piramidal de 20,000 millones de dólares, tiene fama por sus estrictas medidas de seguridad.

Aun así, varios presos a lo largo de los años han tratado de escapar, y unos cuantos han tenido éxito.

El intento más sensacional ocurrió en 1981, cuando un preso casi fue recogido del centro recreativo en la azotea por cómplices en un helicóptero secuestrado. Y, en 1990, dos presos desparecieron por una ventana del segundo piso, descendiendo con un cordón eléctrico de una máquina usada para pulir los pisos.

En 2009, Anthony Boyd, un asaltante de bancos serial, fue liberado del Centro Correccional Metropolitano como resultado de lo que pareció ser un error administrativo.

Es poco claro si hubo otros escapes exitosos o prisioneros faltantes en los últimos años. Funcionarios del Centro Correccional Metropolitano no regresaron una llamada telefónica ni respondieron a un mensaje de correo electrónico en busca de comentarios.

La cárcel, abierta en 1975, contiene a 795 reos. Se ubica entre la Iglesia de San Andrés y el Tribunal de Estados Unidos. Desde los pisos superiores del tribunal, se puede ver a los presos jugando basquetbol en el área recreativa de la azotea.

Es poco probable que a Guzmán se le permita unírseles. Los presos considerados demasiado peligrosos son albergados en una media docena de celdas en un ala pequeña conocida como 10 Sur, donde son mantenidos en confinamiento solitario y se les prohíbe hablarse entre sí.