El Duelo Ante la Pérdida de un Ser Amado

Por: Patricia González Miranda

QUERÉTARO, QRO., 10 de octubre de 2016.- Aunque la muerte es un proceso totalmente natural, a nosotros los seres humanos, nos cuesta mucho trabajo enfrentar el dolor que ésta ocasiona y más aún, cuando se trata de un ser amado, amigo y también, porque no, de un conocido.

La muerte suele llevar consigo una serie de cambios en las personas que padecen “el duelo”. No es nada fácil afrontar lo que conlleva esta palabra. Por mi experiencia, lo único que ayuda a aminorar el dolor es el tiempo, quien será tu mejor aliado.

Pero… ¿Cómo dejar ir a mi ser querido?, es un reto muy doloroso.

A continuación te daré algunos consejos acerca del tema.

Si bien sabemos que cada duelo tiene su grado de intensidad, ya que no es lo mismo perder a tus padres ya siendo una persona mayor que siendo una persona sumamente joven, a una pareja y peor aún, un hijo; es importante dejarnos fluir, esto ayudará a reconfortarnos y sentirnos más tranquilos.

El duelo se divide en cinco fases: “Negación, Ira, Negociación, Depresión y por último La Aceptación”.

Para comenzar la etapa más complicada es la negación. En esta fase no podemos creer lo que está sucediendo. El darnos cuenta que ya no volveremos a ver a aquel ser que tanto amamos es muy impactante. Vivir esta fase te puede causar mucha depresión, soledad y aislamiento, por lo que recomiendo estar acompañado de tu familia y mejores amigos.

La segunda etapa es la ira. Esta comienza cuando nos enojamos. ¿Por qué vida?, ¿por qué me quitaste a mi mamá?, ¿por qué me quitaste a mi hijo Dios? y comenzamos a echar culpas, lo cual es totalmente normal. Tenemos todo el derecho de enfadarnos con la vida, con Dios o con cualquier ser en el que creamos por el simple hecho de que tenemos que desahogar nuestros sentimientos.

En la tercera fase de negociación comenzamos a reprocharnos. ¿Y si la/lo hubiera atendido antes?, tal vez estaría viva o vivo. Debí pasar más tiempo con ella o él. Empiezan los famosos “y si hubiera”. Es importante dejar fluir nuestro sentir cada vez que podamos, si repetimos tantas veces lo que duele, nos ayudará a sanar más rápido,

En la penúltima fase que es la depresión, experimentamos un inmenso sentimiento de tristeza, que este va acompañado de llanto. Dan muchas ganas de dormir. Existe pérdida de apetito. Comenzamos con una muy desmesurada apatía por hacer las cosas que antes nos gustaban. Hay que tener mucho cuidado con experimentar estas emociones por un periodo largo, ya que puede ocasionar trastornos más severos como una depresión crónica o persistente.

La última fase es la aceptación. Aquí experimentamos un sentimiento de paz. La vida parece tomar su cauce normal. La aflicción sigue pero mínima. El doliente hace las paces con su pesar y sigue con su vida. La persona se da cuenta que a pesar del dolor su entorno puede mejorar.

Tu ser amado no muere, ella o él vive en ti.