Los secuestros más relevantes de Querétaro (1970-2000)

Por Armando Guerra Vázquez

Querétaro, Qro.- 1º Mayo de 2016.- Cuando se vivía una apacible tranquilidad en Querétaro en los años 70as y cuando los primeros guerrilleros del país surgían en el estado de Guerrero bajo las órdenes de Genaro Vázquez, aquí uno de sus simpatizantes se hacía notar.

Secuestro de Pablo Meré Alcocer

Pablo González Loyola quien supuestamente estaba ligado a un grupo guerrillero que también pertenecía a la Liga 23 de septiembre, se atrevió en 1973 a secuestrar al niño Pablo Meré Alcocer para llamar la atención de las autoridades.

Fue el gobernador Juventino Castro Sánchez quien solicitó la intervención del clero a través del obispo Alfonso Toríz Cobián quien a su vez designó al sacerdote Eusebio Mendoza para intermediar en el secuestro e iniciar las negociaciones pertinentes con los secuestradores

La industria del secuestro llegó a Querétaro con más fuerza a principios de los años 90as como cuando un hijo del conocido y acaudalado avicultor Rafael Ábrego Osornio había sido víctima de secuestro, fueron autoridades policíacas quienes “filtraron” el supuesto secuestro, sin embargo el señor Ábrego desmintió las versiones.

Secuestro de Adán Rentería

Luego se daría el secuestro de  Don Adán Rentería,  las negociaciones se hicieron con gran sigilo, pues investigaciones  policíacas aseguraron que  fue privado de su libertad por un fuerte comando armado un 18 de marzo de 1995 en las inmediaciones de su enorme rancho del  municipio de El Marqués entre  las comunidades de Jesús María y Saldarriaga.

El secuestro de Don Adán obró relevancia sobre todo por era padre de la magistrada María Elisa Rentería que meses después de lo ocurrido fue nombrada presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Secuestro similar le sucedió al ex funcionario y político Antonio Urquiza Estrada, del cual tampoco se saben detalles, solamente se tiene conocimiento que retornó a su hogar, luego de haber sido secuestrado durante 54 días.

Secuestran a Jesús Coronel

Ante la grave situación económica por la que atravesaba el país en 1997, las bandas de delincuentes seguían viendo el secuestro como uno de los jugosos negocios para hacerse llegar dinero, así fue que en abril de ese año fue secuestrado Jesús Coronel Trejo, pues hombres armados lo privaron de su libertad al llegar a su rancho en la comunidad de Montenegro, localizada en la delegación de Santa Rosa Jáuregui.

El raptado entonces era miembro de una conocida familia de queretanos considerados como comerciantes y transportistas de viejo cuño.

Luego se registró el frustrado secuestro de Yolanda Nieto de Frey. Un taxista fue la pauta para que se frustrara el secuestro de la señora Yolanda Nieto de Frey de quien se dijo era copropietaria del edificio “Nippo”, uno de los más modernos y grandes “rascacielos” de la ciudad, así como de algunas constructoras.

Ante la oportuna intervención de la policía fueron detenidos los secuestradores Jessica Díaz López a quien se le acusó como la autora intelectual del delito, también fueron capturadas Claudia Martínez López, y los hermanos Enrique y Mateo Higuera Baena.

Se rumoró entonces que la acaudalada mujer al dedicarse a la construcción de casas, le regaló una de ésta al taxista que evitó con su llamado de alerta que fuera secuestrada, se desconoce si es verdadero o falso el comentario.

Secuestro de “El Tanque” Torres Landa

Muy temprano d aquel 16 de junio de 1993 uno de los Torres Landa, Juan Antonio conocido con el mote de “El Tanque”  salió de su casa a bordo de su camioneta Ram Charger color Rojo para supervisar el aforo de uno de los pozos de su propiedad.

Siendo las diez de la mañana casi al llegar a la carretera No. 57 cuando se dirigía a sus oficinas, fue interceptado por un carro Jeep en el que viajaban  cuatro sujetos que portaban potentes armas de fuego, dos pistolas tipo escuadra y una metralleta AK 47 conocidas como “cuerno de chivo”.

Al grito de “esto es un secuestro” abordaron el vehículo –la camioneta- y lo mantuvieron boca abajo en la misma, siendo vendado y esposado para llevarlo a su cautiverio.

Tras casi un mes de estar secuestrado Juan Antonio fue liberado en La Piedad, Michoacán, después declararía que sus secuestradores durante ese tiempo lo tuvieron a pan y agua, ya que por la mañana únicamente le daban cereal, al medio día un atún y por la noche un yogurt.

Secuestro de Fernando de la Mora

Posteriormente fue secuestrado  el  conocido ganadero de reses bravas Fernando de la Mora en hechos ocurridos en la calle Madero No. 51 de la colonia Hacienda Grande en el municipio de Tequisquiapan. Los secuestradores inicialmente exigieron cerca de 50 millones de pesos por la liberación de Don Fernando, después se conoció la forma en que cayó en manos de aquellos delincuentes.

Se dijo que De la Mora Ovando siendo propietario del rancho “El Salitrillo”, éste tenía planeado ir a la Hacienda “La Barranca” localizada en la carretera a Coroneo en la que embarcaría un encierro a Monterrey, lugar donde tenía una próxima corrida de toros con la reaparición de Eloy Cavazos.

Al cabo de casi 50 días de  cautiverio fue liberado en la vecina ciudad de Celaya, Guanajuato, nunca se supo el monto que se pagó por su rescate.

Secuestro de Raúl Nieto del Río

Uno de los secuestros que cobró relevancia nacional fue el de Raúl Nieto del Río el cual fue presa del célebre secuestrador  Daniel Arizmendi López “El Mocha orejas”.

El joven Raúl Nieto del Río miembro de una acaudalada familia propietaria de gasolineras y líneas de transporte, cuyo consorcio se le conoce como “Empresas Nieto”.

“El Mocha orejas” junto con su banda “Los Patanes” integrada por varios ex convictos, secuestraron a Nieto del Río, lo interceptaron a bordo de su automóvil Porsche, al resistirse al secuestro, lo mataron en ese momento, a pesar de que ya estaba muerto los maleantes exigieron un rescate de 15 mil dólares.

El sanguinario secuestrador dijo que fue un 5 de agosto de 1998 cuando en la calle de prolongación Zaragoza antes de llegar a la colonia Jardines de la Hacienda, esperó a su víctima para privarla de su libertad, pero al no “querer cooperar, tuve que matarlo al instante”.

Luego del secuestro, ya con Raúl muerto, los secuestradores huyeron a bordo de una camioneta combi rumbo a la calle de Álvaro Obregón de Santa Bárbara, ahí abrieron una fosa de aproximadamente 60 centímetros, justo encima del drenaje, enterraron el cuerpo del joven empresario en posición fetal.

Luego Arizmendi López envió las orejas a la familia de Nieto del Río, las depositó en una bolsa y las dejó cerca de la plaza de toros “Santa María”, entonces esperó contactar a los familiares.