Cartas de Claudia Mijangos a un periodista, “pido disculpas a queretanos por escándalo”

Por Armando Guerra Vázquez

Querétaro, Qro.- 23 abril de 2016.- A 27 años de la tragedia que conmocionó a todo Querétaro cuando una mujer de nombre Claudia Mijangos Arzac asesinó a cuchilladas a sus tres menores hijos, reproducimos aquí varios fragmentos de las cartas que la filicida hizo llegar a un prestigiado periodista queretano, dando a conocer su arrepentimiento por su cruel crimen.

Dos meses después de haber asesinado a sus tres hijos, en junio de 1989 la parricida Claudia Mijangos, le escribió varias cartas al periodista Manuel Paredón Cornejo decano de la nota roja del prestigiado “Noticias”, diario de la mañana, en ellas le dice: “pido disculpas a todos los queretanos por semejante escándalo, pero yo más que me duele lo sucedido, pues perdí a lo que mas quería, a mis hijos”.

Aquel 24 de mayo de 1989 cuando se cumplió un mes después de su triple asesinato, Claudia Mijangos aceptó finalmente su culpa ante el juez Arturo González de Cosío, reconoció haber dado muerte a sus hijos y se le vio abandonar el juzgado en medio del llanto, cubriéndose el rostro con una playera, “no era lo que yo hacía, era la voz de ese hombre que me ordenaba hacerlo”, se cansó de decirlo cuantas veces quiso, ante el juez que le preguntaba por qué había cometido aquel crimen.

Inicialmente al único periodista queretano a quien concedió la filicida las únicas y exclusivas entrevistas, fue al reportero de la nota roja Manuel “El Güero” Paredón Cornejo, luego dos meses después de haberlo conocido cuando la entrevistó en el penal, un día, le pidió al director del reclusorio Sergio Pérez Nieto que le entregara cinco cartas al periodista para que si quería, las hiciera públicas.

Aquí reproducimos las dos primeras cartas de una filicida a un periodista, las cuales se escribieron en una excelente ortografía:

“Estimado señor periodista”; empieza a escribirle Claudia Mijangos en una escritura manuscrita magistral; las cuales se enviaron en una serie de hojas de libreta, están fechadas el 20 de junio de 1989.

“Mi nombre es Claudia Mijangos, me he atrevido a escribirle estas líneas para pedirle a Usted. Si les es posible me ayude con mi caso personal que se encuentra con el juez González de Cosío. Desgraciadamente estoy consciente que fue muy alarmante mi caso, y no es para menos, pues fueron tres pequeños indefensos; pero le soy sincera, no estaba en mis cabales y los estudios que me han practicado lo confirman”.

“Señor periodista, fui una madre que velaba por ellos y soy yo la que más afectada ha quedado, pues eran toda mi existencia, aunque los hechos reflejen todo lo contrario.”:

“Le soy sincera, pero vive en mí una agonía constante, pues los amaba a los tres, y no considero justo que aparte de haberlos perdido, quede acusada como si con voluntad lo hubiera hecho”.

“Me presto a cualquier clase de hipnosis para demostrar mi inocencia y si gustan puede ser televisada, grabada o como gusten para tratar de limpiar un poco mi nombre y así la población queretana pueda juzgar todos los hechos. Amo la vida y al ser humano, pues somos obra de un gran Señor, desgraciadamente mi destino y el de mis hijos fue cruel, ahí es donde reconozco que somos parte de su Obra, mis temores pues, El así lo permitió”.

“Le agradezco que me haya recibido ésta carta y ojalá algún día me puede conocer más a fondo y así pueda Ud: opinar algo de mi persona”.

La segunda carta la cual trae también las 10:00 pm, hora en la escribió Claudia Mijangos dice lo siguiente:

“Quién soy yo, se han preguntado qué clase de madre soy: Y se los voy a contestar, igual que cualquiera otra”;

“Amaba mi hogar, amaba a mis hijos, amaba a mi esposo, y me amaba también: Trataba de darme en mí, formas a los demás, mientras ellos nada pedían, solamente su amistad: En unos pude sembrar y hasta alcance a cosechar, más en otros fui un fracaso, y fracaso total”:

“Solo a Dios yo le  pido que me deje continuar una vida tranquila y sana, y nada de preguntas. A Dios dejemos que juzgue y él en su justicia hasta pondrá, dejemos al ave que vuele que para eso ha nacido ya”, así concluye la segunda carta de cinco, las cuales las originales obran en poder del prestigiado decano del periodismo queretano Manuel Paredón Cornejo.