Las redes sociales y la política

¿Quién detiene las redes sociales?

Por Valentín Ruíz

QUERÉTARO, QRO., 4 de enero de 2016.- Mucho se ha dicho que gobernar hoy en día es más difícil por cuestión de que las críticas en redes sociales -por quienes utilizan esta herramienta-, han sido más recurrentes en contra de los gobernantes que les han quedado a deber a los ciudadanos, ya que al prometer mucho en campaña, mayor es la exigencia de sus gobernados.

Hay los que aseguran que quienes nos gobernaron en el pasado reciente, trataron de tapar la inseguridad que existió comprando a los medios de comunicación para que no saliera nada a la luz pública. Pero esa es la más grande falacia, dado que –como ahora-, teniendo una herramienta tan poderosa en redes sociales como twitter, youtube, facebook, whatsapp, instagram, entre otras. ¿Algún gobernante podría callar las bocas de los usuarios de redes sociales? Que inverosímil pensar que si.

Desde los tiempos del presidente Felipe Calderón las redes se empezaban a posicionar entre los mexicanos, por eso es que ya nada podía quedar oculto, la información empezaba a fluir como ahora, a velocidades vertiginosas, algún hecho ocurría en la frontera norte y en la sur en segundos se sabía de lo ocurrido.

A Enrique Peña Nieto le ha tocado un gobierno donde ya nadie detiene las redes sociales, los usuarios son los encargados de dar a conocer mayormente su mal gobierno -si los medios informativos no lo hicieran-, ya que del buen gobierno, de ese no hablamos, dado que nuestros gobernantes para eso fueron electos, para que nos brinden resultados óptimos a quienes los elegimos.

Los que hoy gobiernan tienen ante sí la oportunidad de dar resultados a la brevedad, ya que de lo contrario, seguirán siendo blanco de las críticas de muchos opositores y de la misma ciudadanía, aunque a muchos ediles, diputados, gobernadores, presidentes, alcaldesas, senadores, regidores, funcionarios, les vale lo que de ellos se digan, ellos van por la jugosa bolsa que proporciona la usura pública.

Las redes sociales, hoy, ya nadie las detiene. ¿A poco no?