Asesinar en Querétaro ya no es delito grave

Aplican histórica pena baja de 7 años de prisión

*Caso del taxista asesino Eduardo Barrón Ramírez

Por Armando Guerra Vázquez

Querétaro, Qro.- 25 de diciembre de 2015.- Tal vez sea históricamente la penalidad más baja, -por asesinar con alevosía y ventaja-, que se haya aplicado en este estado dentro del sistema de justicia penal, el caso de Eduardo Barrón Ramírez cobra hoy relevancia luego de que ayer la Procuraduría General de Justicia dio a conocer que se le aplicó una sentencia de 7 años y nueve meses de prisión por haber asesinado hace un año, a Fernando Hernández Hernández en la popular colonia Lomas de Casa Blanca.

LA HISTORIA:

La mañana del 12 de noviembre del 2014, los medios de comunicación en Querétaro dieron a conocer la espectacular noticia y el insólito caso de un taxista, que había supuestamente castrado a su rival en amores en dicha colonia, luego días después las autoridades judiciales dieron a conocer oficialmente que las lesiones que había propinado aquel hombre a su rival de amores, fueron en el muslo y en el pene.

Ese día se supo que alrededor de las once y media de la noche, Eduardo Barrón Ramírez de 38 años, de oficio taxista y quien tenía dos años de que se había divorciado de su ex esposa Minerva Vega Cruz, acudió a la casa de su ex pareja al enterarse de que ya ella vivía con otro hombre, entonces cegado por los celos asesinó con alevosía y ventaja a Fernando Hernández Hernández de 46 años de edad.

LAS INVESTIGACIONES:

De acuerdo a las primeras investigaciones integradas en la averiguación previa I/1904/2014, policías municipales acudieron a la media noche de ese día a una casa marcada con el número 314-C en la calle 15 entre las avenidas 4 y 6 de la colonia Lomas de Casa Blanca, en el lugar encontraron a un hombre ensangrentado de la parte de sus genitales, inmediatamente se solicitaron los servicios de auxilio y el lesionado fue trasladado de urgencia al Hospital General, donde a las pocas horas dejó de existir, luego se identificó al occiso como Fernando Hernández Hernández.

En la investigación se supo que al estar en casa de su ex pareja el asesino comenzó a golpear fuertemente la puerta, luego provocó destrozos en el domicilio hasta que logró entrar, de inmediato llegó hasta su “rival” y lo comenzó a golpear hasta derribarlo, luego sacó un navaja que traía en su pantalón y lo comenzó a “picar” en varias ocasiones en diferentes partes del cuerpo. Luego de su crimen Eduardo se entregó a la policía en el módulo ubicado en la Calle de Corregidora Sur donde tenía su taxi estacionado.

LA SENTENCIA:

La Procuraduría General de Justicia (PGJ) del Estado confirmó la sentencia definitiva de un sujeto acusado de privar de la vida a un hombre.

Según el boletín de prensa del comunicado, el imputado privó de la vida a un hombre con un objeto punzocortante, produciéndole diversas heridas de las cuales una de ellas fue en el muslo izquierdo, siendo de tal gravedad que le produjo la muerte como consecuencia de un choque hipobolémico secundario a la sección de la arteria femoral izquierda.

Por este asesinato, el Juez cuarto de Primera Instancia Penal dictó sentencia condenatoria por la comisión del delito de “homicidio simple intencional”; quedando de la siguiente forma: se le condena al acusado a 7 años 6 meses de prisión y al pago de una multa de 7 mil 142.24 pesos, así como al pago de 318 mil 850 pesos por concepto de indemnización por muerte a favor de los deudos del occiso, así como al pago de 3 mil 826.20 por concepto de gastos funerarios.

Ante ello, la parte acusada apeló sentencia, por lo que la sala magistral confirmó sentencia por “homicidio simple intencional”, cuando a todas luces se aprecia de acuerdo a la versión de ofendidos y testigos, que este asesinato tuvo las agravantes de alevosía y ventaja, sobre todo cuando se demuestra que el asesino no tenía por qué haber ido a retar a su rival en amores hasta la casa de su ex esposa.

Es así como en este caso un juzgador del Tribunal Superior de Justicia se ha visto en el “ojo del huracán” por haber aplicado históricamente una sentencia mínima de 7 años 6 meses por un homicidio que en su momento, conmocionó a la sociedad queretana.