11 años de impunidad en Querétaro: Un caso sin resolver (1A. PARTE)
Por Armando Guerra Vázquez
La noche del 27 de noviembre del 2004, la sociedad queretana se conmovió por la cruel muerte del joven Marco Antonio Hernández, mas conmoción hubo cuando se su supo que el agresor había sido el hijo del empresario más acaudalado de Querétaro; en este caso la mayoría de los medios de comunicación callaron, sin embargo la valentía del entonces reportero Erick Pacheco Beltrán,- que trabajaba para el AM- puso al descubierto la verdad del crimen-, al grado tal de que este periodista obtuvo el Premio Estatal de Periodismo “Carlos Septién García” todo por su excelente labor de investigación en este caso.
Aquella noche el joven Marco Antonio Hernández después de disfrutar un día más de diversión tomando unas copas con sus amigos, decidió terminar su parranda pidiéndole a sus amigos que lo llevaran a su casa. En su trayecto tuvieron la desgracia de encontrarse con uno de esos “prepotentes” automovilistas que andan por la ciudad amedrentando a los tranquilos ciudadanos, así fue como en un simple incidente de tránsito el tripulante de una lujosa camioneta BMW se molestó porque aquellos indefensos jóvenes se le ”cerraron”.
Aquel conductor de la BMW, en la esquina de Constituyentes y Pasteur alcanzó interceptar a sus jóvenes a quienes “encañonó” y al más “picudo” que resultó ser Marco Antonio lo balaceó con un arma de grueso calibre. Esa ocasión Marco Antonio terminaba de convivir con su amigos Miguel Gerardo Rivera, Juan Eduardo Cumplido y Gamaliel Rivera quienes fueron testigos de su muerte a manos de un criminal que hasta a fecha no se sabe de su paradero, pero que según se supo después fue identificado como Federico Ruíz Lomelí.
Federico se supo después es hijo de los que eran dueños de los consorcios de Coca Cola y Embotelladora “La Victoria” y que desde muchos años han sido considerados los prominentes empresarios más acaudalados de Querétaro. Declaración del principal testigo ocular del crimen En su declaración de Miguel Gerardo dice “luego de hacernos de palabras descendió de su carro un individuo con un arma en la mano, de la cual su cara nunca la voy a olvidar, sobre todo porque sabía que me iba a morir y lo vi, por eso lo reconozco”.
En el momento de la agresión el testigo señala que luego de que el asesino se lanza contra de él tratando de accionar su arma, le pide calma, pero a cambio recibe un cachazo en la cabeza y luego varias patadas. “Después de pedirle que no me golpeara, sentí que me lo quitaron, fue cuando se bajó Marco y me lo quitó, pero el del arma logró a someterlo y es cuando se escucha la detonación que lo mató”.
Miguel Gerardo asegura haber escuchado cuando su amigo agonizante gritó: “me dieron, aun así el de la pistola lo siguió pateando y entonces me fijo en las placas”. Luego de cometido su crimen aquel sujeto, fue llamado por una de las mujeres que lo acompañaban e iba adelante de su camioneta y le dijo “ya vente, ya estuvo, ya déjalo”, es entonces cuando le ponen atención al carro que traía el agresor, una camioneta X-5 BMW color negra.
Pasados los momentos de la trágica agresión Miguel Gerardo fue trasladado de urgencia al hospital San José, antes alcanzó a ver un taxista que mediante su radio avisó a la ambulancia, también se dio cuenta que el trabajador del volante fue interrogado por los policías que llegaron al lugar.
“Cuando me suben a la ambulancia alcanzo a escuchar que ya habían agarrado al agresor por el rumbo de Carrefour y fue cuando inició aquella movilización policiaca donde ahora ninguna corporación se quiso adjudicar la inicial detención”. La primer autoridad que tomó conocimiento del homicidio fue el agente del ministerio público Alfonso Álvarez Pizarro después se hizo cargo el funcionario Vicente Pérez supuestamente gente de todas las confianzas del procurador… (CONTINUARÁ…)