-Una Historia que puso en vilo a la ciudad, la casa de cambio aún existe, los protagonistas, también-
Caso policíaco de película en Amealco
Una cadena de televisión nacional acababa de transmitir en vivo el secuestro y robo que cometía un hombre en la ciudad de Guadalajara, luego el infractor al ser descubierto tomó como rehén a toda una familia, entonces solicitó vehículo y todas las facilidades para su huida, increíblemente logró su cometido.
A Querétaro llegó el contagio de este tipo de hechos, prueba está que en el municipio de Amealco un grupo de delincuentes asaltaron como de película una casa de cambio y al verse acorralados por la policía, uno de los hampones tomó como rehén a 4 personas.
El asaltante Adolfo Maldonado Ortíz “El Ganso o El Haracadas” armado con una potente metralleta tipo Uzi, mantuvo a la policía en acecho y alerta durante casi 5 horas tratando de “negociar” su huida.
Cuando los delincuentes asaltaban el negocio, una persona se dio cuenta e inmediatamente llamó a la policía quien detuvo “infraganti” a Mario Arnoldo Viveros Ramos, en tanto que después se supo logró huir otro de sus cómplices y líder de la banda de nombre Alfredo Cajiga del Cid Prado.
Al verse acorralado por los cuerpos policíacos, Adolfo Maldonado tomó como rehenes al propietario de la casa de cambio Alejandro Peña Álvarez, así como a Angélica Ruíz, Felipe Reyes Martínez y a una empleada doméstica.
El asaltante primero pidió se retiraran todas las patrullas y policías que se mantenían en el exterior de la casa de cambio, luego exigió una camioneta, misma que se le ofreció, después la rechazó cuando descubrió que no tenía suficiente combustible, al final la aceptó al quedar lleno el tanque.
Durante el tiempo que duraron las tensas negociaciones, el delincuente se dio el lujo de hacer una llamada a los Estados Unidos donde se comunicó con su familia para informarle que había tenido un problema con la policía de Querétaro, les dijo “no se preocupen, ya saben dónde ando”.
Luego de cansadas e intensas negociaciones y de ser convencido por los mismos rehenes, Adolfo decidió entregarse, ahí lo pusieron en contacto con el agente del ministerio público Isauro Ramírez Ordaz quien le ofreció una consignación justa.
Después de varias horas de tensión y zozobra, el infractor aceptó rendirse, se puso en manos de la policía saliendo con los brazos en alto y pidiendo que no le dispararan.
Al hacer un arqueo, el dueño de la casa de cambio denunció que solamente le robaron 40 mil pesos, mientras que el hampón detenido fue procesado por la juez Elvira Ayala Jiménez quien le fincó responsabilidad por 5 delitos.