Nicolás Maduro reelecto en Venezuela en comicios plagados de denuncias y rechazo de la oposición

Por UNIVISIÓN

VENEZUELA, 20 de mayo de 2018.- Nicolás Maduro resultó reelecto presidente de Venezuela, pero cayó derrotado ante su verdadero enemigo: la abstención. Con un índice de participación de 48%, el más bajo de la historia democrática de Venezuela, Maduro ganó unos comicios que diseñó a su medida y que han sido catalogados como “ilegítimos” por los candidatos de la oposición.

Con 92.6% de los votos escrutados, la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, anunció que Maduro tenía 5.8 millones de votos, mientras que su contendor más cercano, el opositor disidente del chavismo Henri Falcón, consiguió 1.8 millones de votos.

Según Lucena, en el proceso de este domingo votaron 8.6 millones de venezolanos, de un padrón electoral conformado por más de 20 millones de personas. Se trata del nivel de abstención más alto no solo de la historia democrática, que comenzó en 1958, sino que también es el más bajo que ha registrado el chavismo desde que figuró en su primera elección en 1999.

La victoria tiene un sabor amargo que compromete la legitimidad de una gestión que se extenderá por seis años más. Aunque aplastó a sus contrincantes opositores Henri Falcón y Javier Bertucci, el jefe de Estado fracasó en el intento de coronar su triunfo con una movilización masiva como la que prometió. La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a no sufragar en este proceso ante la ausencia de garantías, y más de la mitad del padrón electoral optó por no acudir a las urnas.

Al ver el resultado de este domingo en perspectiva: en los comicios de octubre de 2012 y abril de 2013 –convocados tras la muerte del fallecido Hugo Chávez– la participación se ubicó en 79%. La propaganda chavista recalcó este domingo que son una clara mayoría, pero menos de un tercio del padrón renovó su confianza en Maduro.

El dignatario venezolano se había propuesto alcanzar 10 millones de votos para sellar su reelección y silenciar los cuestionamientos a su gobierno desde el exterior y entre la propia oposición. Al final, apenas obtuvo poco más de la mitad, una cantidad que incluso es inferior a la que alcanzó hace cinco años cuando alcanzó 7.5 millones de votos que lo ratificaron ganador ante el exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski.

“No hubo elecciones”

Poco antes del anuncio de los resultados, Falcón rechazó el proceso y aseguró que no lo reconocía: “Para nosotros no hubo elecciones. Hay que hacer nuevas elecciones en Venezuela”, exigió. Propuso que se repitieran en octubre o en diciembre “sin ventajismos” y subrayó que la “perversidad” del gobierno impidió que se desarrollara un “proceso transparente y limpio”.

Junto a Falcón, el también aspirante opositor a la presidencia y pastor evangélico Javier Bertucci –que consiguió 925,000 votos– había anunciado que desconocería los resultados si quedaban “muy cerrados”. “Lo más valiente que haría este gobierno sería repetir estas elecciones y él (Maduro) retirarse como candidato”, dijo en una rueda de prensa.

Por su parte, Maduro celebró su reelección y la consideró un “récord histórico”. “Nunca antes un candidato presidencial había ganado con 68% de la votación popular y nunca antes le había sacado 47% al segundo candidato”, dijo ante miles de seguidores desde una tarina a las afueras del palacio presidencial de Miraflores.

El resultado de este domingo no es una sorpresa. A pesar de su baja popularidad, se daba por sentado que Maduro resultaría vencedor por la poderosa maquinaria electoral del chavismo –que utiliza los recursos del Estado para escalar– y por la ausencia en la oposición de un candidato entre los líderes más populares que se negaron a participar, están presos o tienen prohibición para postularse. Además, la coalición MUD llamó a los ciudadanos a abstenerse de votar para evitar legitimar nuevamente a un gobierno que catalogan de “dictadura”.

Desde su celebración en el centro de Caracas, Maduro volvió a proponer una estrategia pasada que hasta ahora no ha funcionado: convocó “a una jornada de diálogo nacional”. Aseguró además que se dedicará “por entero a la recuperación del crecimiento económico” en un país que vive una de las peores crisis de su historia, con una inflación que el Fondo Monetario Internacional estima en 13,800% para finales de 2018.

Esta elección no resuelve la crisis que vive Venezuela. Por una parte, la crispación política se profundiza, pues la comunidad internacional amenaza con recrudecer sus sanciones y la oposición afirma que se mantendrá en pie de lucha hasta alcanzar unas votaciones justas a finales de este año. Por la otra, el colapso general también agudiza la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, la destrucción de la moneda local, el auge de la violencia criminal y el deterioro de los servicios públicos.

Pese a que suele acusar a otros de la fallas de su propio gobierno, Maduro ha tenido que admitir que “aquí hay que cambiar muchas cosas, y yo diría hoy aquí hay que cambiar en lo esencial los métodos de gobierno”.

El aparente propósito de enmienda no convence a Estados Unidos, la Unión Europea ni a los 14 gobiernos de América que conforman el Grupo de Lima. “Observando hoy (lo que pasa en) #Venezuela. Las fraudulentas elecciones no cambian nada. Necesitamos que el pueblo venezolano dirija este país… Una nación con tanto que ofrecer al mundo”, escribió en Twitter antes de conocer los resultados el secretario de Estado, Mike Pompeo.

El senador republicano Marco Rubio, por su parte, adelantó que la Casa Blanca tomará medidas contra el gobierno chavista. “El 20 de mayo una farsa total por Maduro y su régimen. El 21 de mayo los EEUU y la comunidad internacional responde”, espetó en su cuenta de Twitter.