VIDEO: El día que colapsó la ciudad de Querétaro…

Por Jorge Coronel

Vídeo: especial para Voz Imparcial. Foto: Valeria Galván Nardoni.

QUERÉTARO, 17 de marzo de 2018.- Viernes 16 de marzo de 2018.- Salgo de la  Universidad Autónoma de Querétaro, son alrededor de las 14.30 de la tarde. Mi rutina dice que es hora de tomar un Qrobús que me lleve a Plaza de las Américas, camino y la tomo sobre Hidalgo, enfrente del módulo de seguridad universitaria; son casi las 15:00 horas, afortunadamente alcanzo lugar y me siento, un chavo se sube unos metros adelante y solicita al chofer permiso para tocar unas “rolas”, no hay contratiempos hasta que cruzamos Tecnológico.

Y de repente todo se torna lento, lentísimo; la ruta 31 de pronto ya no avanza, el calor nos derrite y todos sudamos; y secretamos no sólo sudor: también sudamos rabia, desesperación, impotencia… ¿qué está pasando? Y empiezan a llegar los mensajes de WhatsApp y nos enteramos que la ciudad de Querétaro está hecha un caos: la 5 de Febrero, Corregidora, Constituyentes, Zaragoza, Universidad… las principales vialidades de la ciudad de Querétaro están colapsadas. ¿Pues qué pasó? Alguien se aventura a decir, por la vía fácil, que es “quincena, viernes y comienzo del puente”, que por eso la ciudad está colapsada. Sí, pero también recordemos que esta ciudad no fue planeada a futuro y así lo hacen saber sus pequeñas calles que ya no soportan el tránsito de miles de vehículos diarios.

En resumen: ayer viernes miles de queretanos vivimos el colapso de una ciudad producto de la anarquía urbana, de la corrupción, de los permisos sin ton ni son en cuanto al cambio de uso de suelo… ¡cuánta porquería en nombre del progreso, el desarrollo y la modernidad! El chavo cantor con su guitarra acústica, pide a los usuarios que no nos desesperemos y se suelta con una “rola” del finado Rockdrigo llamada “No tengo tiempo de cambiar mi vida”:

“Cabalgo sobre sueños innecesarios y rotos/ prisionero iluso de esta selva cotidiana y como hoja seca que vaga en el viento/ vuelo imaginario sobre historias de concreto/ navego en el mar de las cosas exactas, voy clavado en momentos de semánticas gastadas y cual si fuera una nube esculpida sobre el cielo dibujo insatisfecho mis huellas en el invierno/ ya que yo no tengo tiempo de cambiar mi vida/ la maquina me ha vuelto una sombra borrosa”. Y sí, en esta selva de concreto queretana el colapso de la ciudad nos ha vuelto sombras borrosas…

Finalmente llego a mi destino a las 16.27 horas. En verdad, ¿no tenemos tiempo para cambiar nuestras vidas e impedir los colapsos que se avecinan?