Por Jorge Coronel
QUERÉTARO, QRO., 19 de febrero de 2018.- La primicia dada a conocer por VOZ IMPARCIAL la tarde-noche del sábado 17 de febrero del año en curso, en torno a que el partido político MORENA había aprobado el nombre del ex- rector de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Gilberto Herrera Ruiz, para que lo representara en el Senado de la República, noticia que horas después retomaron prácticamente todos los demás medios de comunicación, tuvo un personaje clave: el político zacatecano Ricardo Monreal Ávila, quien hasta hace unas semanas fungía como jefe de la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México.
También hace algunos días, el zacatecano había sido nombrado por el presidente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como su operador político en los estados de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Zacatecas, Aguascalientes y, por supuesto, Querétaro.
Desde meses atrás se especulaba que Herrera Ruiz había entablado pláticas con dirigentes estatales de Morena; el ex rector varias veces señaló que no estaba interesado en participar en la vida política partidista: “Lo mío es la academia”, argumentaba.
Sin embargo, esta negativa estaba condicionada debido al pésimo manejo en las negociaciones por parte de la directiva estatal de Morena (es decir, Carlos Peñafiel Soto, Sinuhé Piedragil Ortíz y Ángel Balderas Puga), quien nunca ofreció un panorama claro a Gilberto Herrera Ruiz; hasta parecía que aquellos tres no querían que Gilberto Herrera diera el “sí” (recordemos que Peñafiel Soto se inscribió para contender por la senaduría).
El viernes 16 de febrero arribó a Querétaro un personaje cuya única misión era convencer a Ruiz Herrera para que contendiera bajo las siglas morenistas: Ricardo Monreal Ávila llegó, dijo y convenció. Política de altura a cargo de un personaje cuya experiencia fue determinante para que el sábado 17 de febrero Morena tuviera candidato de lujo.
La ineficacia de la directiva estatal fue resarcida por el diálogo y argumentos sólidos de un político con todo el camino recorrido.
La orden de AMLO, es decir, conseguir el “sí” de Herrera Ruiz, fue cumplida a cabalidad. Ricardo Monreal Ávila, como eficaz operador político, consiguió un candidato de alto prestigio local que seguramente llegará al Senado.
