Las Fugas y Motín del Penal de Querétaro, “Los Michoacanos” protagonizan fuga en 1991

Por Armando Guerra Vázquez

Querétaro, Qro.- 14 de febrero de 2016.- Apenas iniciado el sexenio del  gobierno de Enrique Burgos García, un domingo 24 de noviembre de 1991 se registró una espectacular fuga en el CERESO de San José El Alto, la evasión se dio  en medio de una balacera entre reos y custodios.

Doce reclusos lograron escapar después de las cuatro de la tarde cuando la visita familiar aún no terminaba, todavía había visitantes en el penal.

Esa vez en la torre No. 3 un grupo de reclusos se enfrentaron a balazos contra personal de vigilancia, en la acción se fugaron 8 miembros del Cártel de Michoacán, mejor conocidos en el interior del penal  como “Los Michoacanos”.

Para lograr evadirse los reclusos  utilizaron una escalera de madera  de 7 metros de largo, debidamente ensamblada por ellos mismos, la cual les había sido vendida por un reo de nombre Julio César Tavisone Salas encargado de la carpintería y procesado por narcotráfico.

La lista de reos fugados la conformaron: Daniel Benito Duarte, Jesús Barrera Quezada, Carlos Jiménez Islas, Arturo Estrada Martínez, Gabriel Cavazos, Julián Hernández, Alfonso Orozco Caballero, Jorge Ramos García, Leonel Mendoza, Severiano Mondragón y Sergio Martínez.

El reo Silverio Cándido Olvera alias “El Borolas” no logró escapar, éste quedó hospitalizado en el área de enfermería del CERESO,  pues se lesionó cuando escalaba un muro de 5 metros de altura.

Otro de los reos evadidos fue identificado como  Sergio Martínez Morales “El Checo” quien purgaba una condena del orden común, fue fichado como un peligroso criminal ya que estaba pagando una pena por haber dado muerte a su cuñado Víctor Mora Arana cuyo cuerpo fue encontrado en una alcantarilla de Santa María Magdalena.

Luego de la fuga fueron detenidos para ser investigados y deslindar responsabilidades el director del reclusorio Rafael García Ortiz y 38 custodios, informó entonces  el delegado de la PGR Eduardo Peruyero Redondo.

Los investigadores indicaron en ese tiempo que se pagaron 20 millones de pesos para facilitar la fuga, cantidad que fue repartida entre el Director Rafael García y dos de sus custodios de confianza de nombres Miguel Ángel Robles Vissi y Efrén Martínez, jefes de vigilancia y de turno respectivamente.

El auxiliar de turno Ponciano Jiménez reconoció que Carlos Jiménez Islas quien purgaba una condena por diversos robos, le ofreció 8 millones de pesos para que le ayudara a fugarse tanto a él como a “Los Michoacanos”.

El custodio pidió 150 millones por lo que el reo desistió en su intento de “sobornarlo”, no fue sino hasta después cuando se supo  esto al ser  citado a declarar. Carlos Jiménez y Gabriel Cavazos eran los reos que encabezaban el temido grupo de los “michoacanos”.

Luego en febrero de 1992 se dio a conocer  el intento de otra fuga, pues  el reo Plácido Zamora Martínez planeó evadirse junto con otros 10 reclusos a través de un túnel que empezaron a horadar en uno de los rincones del taller de carpintería del área de procesados.

Fue el Director del penal  José Luis de la Torre de Alba quien encabezó las investigaciones del caso, todos los internos se echaban la culpa unos a otros, al final solamente a dos se les inició nuevo proceso.

EL motín del gobierno de Mariano Palacios

Uno de los primeros motines ocurridos en el interior del  recién creado Cereso de San José El Alto fue el que encabezaron en 1987 unos  6 reos liderados  por Javier Orozco  “El Pantaleón” y Antonio Ramos Muñoz mejor conocido como “El Chacal”.

Luego  en octubre de ese mismo año  el  entonces director del penal  Jesús Garduño Salazar se comunicó urgentemente con el secretario de Gobierno José María “Chema” Hernández Solís para informarle que había  descubierto un túnel dentro del reclusorio, peligrosos reos ya llevaban 17 metros de construcción, éste partía de la celda No. 101 del módulo C, área de procesados.

Para  1989, el Centro de Rehabilitación Social era escenario nuevamente de una fuga, pues peligroso narco se escapó del penal en complicidad de un custodio.

La fuga del narco en cuestión señalaba que el reo Bernardino Berrum Plata  fue ayudado por el custodio Dionisio Trejo García, el escape ocurrió tras que el reo  escalara  un muro -cerca de la torre 3 – de 15 metros de altura ayudado por un mecate hecho por el mismo recluso.

El reo fugado purgaba una condena de 7 años  y medio de prisión; había ingresado desde hacía un año, investigaciones posteriores indicaban que Berrum Plata sobornó al custodio que se volvió “ojo de hormiga”,  jamás  se supo de él, nunca regresó a trabajar.

Meses atrás al narcotraficante  fugado se le había detenido  junto con su primo Saturnino Vences en la vieja central de autobuses porque llevaba droga en su mochila. (Texto tomado del libro: El Narco llegó a Querétaro, autoría de Armando Guerra)