Penal de San José El Alto: sus Inquilinos y Singular “Hotel” para reos

Por Armando Guerra Vázquez

QUERÉTARO, QRO., 17 Enero de 2016.- Tiene amplio aforo para cientos de personas que traspasan sus umbrales desconocidos, también es un “todo incluido” en el que sus “inquilinos” no tienen por qué preocuparse de su sustento, pero a diferencia de los lujosos hoteles, los que lo conocen, dicen que aquí no la gozan precisamente sus “huéspedes distinguidos”: los reos.

Se trata del Centro de Readaptación Social de San José El Alto, mismo que en los últimos años ha cobrado relevancia nacional por los casos que a su interior se han ventilado a la luz pública y que aún siguen vigentes en la nota roja de los periódicos, he aquí pues la vida, la historia de sus reclusos y lo que se percibe en este penal: Desde un multi homicida, hasta poderosos narcotraficantes, peligrosos secuestradores y sanguinarios satánicos, pasando por protagonistas de escándalos partidistas como el de los autodenominados “presos políticos “de Jerónimo Sánchez, ya conocieron sus celdas o al menos sus juzgados.

Es en este reclusorio donde esos renglones torcidos de la sociedad llegan a conocer, a través de sus barrotes, una perspectiva muy diferente a la que se puede apreciar desde cualquier hotel común y corriente de la ciudad de Querétaro.

Uno de sus “mejores reclusos” y el que quizás reviste las características de mayor peligro por su agresividad y enfermedad mental es Rogelio Álvarez Escobar “El Bobby”, ex policía que por su manera brutal de asesinar a siete personas se ganó a pulso el mote de “El Chacal de Lomas.”

En junio del 2000, “El Chacal” en un ataque de celos, asesinó a seis personas e hirió a otras dos en la populosa colonia de Lomas de Casa Blanca, pero no conforme con ello, meses después en el interior del penal mató –increíblemente con una pistola- a Efraín Cruz Barrera, su compañero de reclusión.

Este desequilibrado criminal considerado como un “psicópata” por el entonces procurador Apolinar Ledesma Arreola, no fue enviado a ningún hospital psiquiátrico, ello a pesar de que asesinara a toda una familia que supuestamente supo de las infidelidades de su mujer, a la que primero asesinó, después ultimó a su hermano, su suegra, su suegro, su cuñado y al final un abogado.

Conocidos y remitidos narcotraficantes como Renato Tostado Félix y Raymundo Bailón Zavala, permanecen o conocieron las crujías de este penal localizado en el cerro del poblado de San José El Alto, al norte de la ciudad, a la salida –rumbo a la carretera federal de cuota a San Miguel de Allende-.

De Renato Félix se sabe que este narco fue recluido por asesinar al agente de la policía investigadora ministerial (antes judicial) Antonio Hernández Trejo “El Acapulco”, ello a las afueras del entonces bar “Hacienda de Don Pepe”, pero sobre todo por su estrecha relación que tenía con el legendario narcotraficante Juan José Esparragoza “El Azul”, de quien por ser su “guardaespaldas”, lo intentó liberar con un fuerte comando armado cuando sería trasladado a un penal de Guanajuato, al final terminó siendo asesinado en un penal de Durango, pero fue uno de los reclusos mas “distinguidos” de este penal.

En este reclusorio se encuentran otros ex comandantes de la judicial como Enrique Serrano, quien comandaba una bien organizada banda de secuestradores, en sus celdas también se albergó a un hombre de apellido Manzanilla de San Juan del Río, que cumpen condenas por delitos que van desde secuestro, homicidio y robo.

Permanecen en este penal también los protagonistas de uno de los más espeluznantes casos sobre crímenes malignos, el de los llamados “darketos”, cuya banda satánica en enero del 2000 “destazó” sin crueldad a una joven mujer, a quien miembros de aquella secta sacrificaron en un rito diabólico.

En los patios de este reclusorio, se puede ver jugando muy bien al ajedrez rehabilitándose como encargado de la biblioteca a Enrique García Martínez “El Henry”, principal incitador y responsable de la muerte de Blanca Erika Zamora Puga, así como de sus demás cómplices identificados como Francisco Olvera Escobedo y Bruce Hernández Guerrero, quienes son excelentes deportistas practicantes del voleibol. Ahí en el penal hablar de “Los Darketos” es un tema prohibido.

En este penal otros “distinguidos” huéspedes son los hermanos Valenzuela del estado de Hidalgo, que se enfrentaron a los policías y mataron a un agente policíaco, se dice que pertenecían a una importante célula del narcotráfico, uno de ellos murió dentro del penal debido a la diabetes y el otro aún permanece recluido en el MO (Modulo de Observación o Alta Seguridad).

En el MO los reos son monitoreados las 24 horas del día por una cámara de video vigilancia, por eso “aquí no hay privacidad”, se queja un recluso de apellido Razo que está purgando condena por el delito de secuestro.

Ahí en el Penal de San José existe un cuartucho llamado Z el cual no tiene techo, solo un pequeño baño donde los reos pueden hacer sus necesidades, aquí es la zona de “castigo” para los que se portan mal dentro del penal, en el modulo “Rojo” están los de criminalidad media, en el modulo “Indio” están los que padecen alguna enfermedad como delirius tremens o enfermos mentales.

Jerónimo Sánchez fue recluido en esta cárcel por apedrear el camión presidencial de Ernesto Zedillo, junto con un grupo de sus seguidores de la organización política vinculada al EZLN, en este reclusorio a Jerónimo se le consideraba como un buen defensor de las causas de reclusos y “reos políticos”, hoy lo extrañan en el penal para que los defienda de los malos tratos de un jefe de celadores de apellido Munitis.

Así las cosas, el penal de San José El Alto de Querétaro reúne a reos cuyos hechos y antecedentes les dan un estatus, si no de “grandes inquilinos”, si de alta peligrosidad.