HISTORIAS QUE NO SE OLVIDAN (Avionetazo en Chitejé Última parte)

Detienen a Comandante  y recuperan droga.

Después de pasado un mes del accidente, un “chivatazo” salido de las propias oficinas de la policía judicial estatal, dio como resultado la captura del entonces comandante de la policía Pedro Ángeles Garduño.

Asimismo se detuvo al agente Rodolfo Núñez Hernández así como de Enrique Zarazùa y de Miguel Ruiz Rodríguez a quienes se le decomisó unos 3 kilos de cocaína robada después del accidente ocurrido en la comunidad de Chintejè.

“Extrañamanete” otros 5 kilos de la droga fueron abandonados en esas últimas horas en el lugar del avionazo, con lo que el total de lo recuperado subió a 315 kilos.

Faltaban por asegurar otros 185 kilogramos de la media tonelada que supuestamente trasportaba la nave  accidentada. El procurador Francisco Guerra Malo dio todas las facilidades a la Judicial Federal al proporcionar los archivos de identidad de los agentes estatales a su mando.

Los detenidos fueron consignados inmediatamente al Juzgado segundo de Distrito y luego comparecieron ante el juez Francisco Javier Patiño Pérez.

La droga, oculta en diferentes paquetes, fue robada por el comandante Pedro Ángeles Garduño y por  Miguel Ruiz Rodríguez alias el “Miguelito” en un lugar cercano donde ocurrió el accidente aéreo, pues como se recordará el jefe policíaco fue el primero en llegar  al cerro donde se registró el “avionazo”.

“El Miguelito” era un lavador de coches en la comandancia de Amealco, es nativo de este municipio donde abundan los indígenas otomíes, por lo que conocía la región como la palma de su mano. Este personaje tomó dos paquetes de coca que luego entregó a Ángeles Garduño quien a su vez los ocultó en su cama.

Se dijo que la codicia del ex comandante lo llevó a vender uno de los paquetes de la cocaína a su subalterno agente Rodolfo Núñez Hernández, en dos millones de pesos, un rifle y una pistola de grueso calibre.

Núñez Hernández a su vez entregó la droga a Enrique Zarazúa ex agente de la corporación para que le buscara algunos “clientes”, para eso la ocultó mientras, en el jardín de su casa, la protegía bien contra la humedad, pensaba y soñaba en obtener 10 mil dólares de utilidades, pero todo se le vino abajo debido al “chivatazo”.

Como se recordará el nombre de Enrique Zarazúa también volvió a ser noticia durante la balacera que escenificaron los hermanos Félix Tostado  (Ver Pag). Se dijo que la droga antes de estar en la cama del comandante policiaco estuvo oculta entre unos peñascos.

Ante las fuertes pesquisas de la policía judicial federal, el delegado de la PGR Gilberto Vargas reconocía que  después de varios días  de ocurrido el accidente, aún había cocaína en Amealco y prueba de ello es que horas antes se recibiò un llamado “anónimo” donde se realizó el hallazgo de otros 5 kilos de coca que fueron “misteriosamente” abandonados.

Luego de la detención de los agentes policíacos se dijo que había  una gran inconformidad por la “cacería de brujas” que inició la federal, a tal grado de que el subdirector José Luis Aguilar negó que fuera a rescatar  de las manos de los federales a sus elementos utilizando la fuerza.

También se dijo que habían  sido detenido el jefe de grupo en Amealco Martín Arvizu así como el comandante de la policía municipal que posteriormente fue dejado en libertad, al igual fueron detenido los campesinos de San Juan Dehedò:  Simón de Jesús Ángeles, Juan Hernández Mejía y Pedro Ramírez.

El delegado de la PGR  aceptó el secuestro de dos campesinos del lugar, por individuos ajenos a la corporaciones policiacas, todo esto sucedió luego de que la federal abandonó el lugar del avionazo, con lo que no se descarta que “alguien” que tenía conocimiento de lo que se trasportaba, pretendía recuperar y conocer mas a fondo de lo sucedido.

De esta forma fue como concluyó una de las peores tragedias aéreas que se tengan  memoria en tierras queretanas, era en suma  uno de los casos más escandalosos y connotados casos sobre tráfico de estupefacientes.

Nadie se imaginaba que a partir de este día, se avecinaba  sin duda alguna una nueva era sobre el consumo, venta y distribución de cocaína en todo el estado de Querétaro.   <<FIN DE ESTA HISTORIA>>