HISTORIAS QUE NO SE OLVIDAN (Cae avioneta en Chintejé, Amealco 1a. parte)

AVIONAZO EN CHINTEJÉ, AMEALCO

Cae avioneta cargada de cocaína

(1a. de 4 partes) Extracción del libro “EL NARCO LLEGÓ A QUERÉTARO” de Armando Guerra

Era costumbre que la época en la región los días amanecieran nublados y lluviosos, máxime que el municipio de Amealco por sus condiciones geográficas es un lugar donde la mayor temporada del año conserva sus bajos índices de  temperatura.

El frío y la lluvia son parte de la  identificación de ésta bella y pintoresca  cabecera colindante con los estados de México y Michoacán.

Aquella mañana del 23 de agosto de 1990 el campesino Lázaro Martínez originario de  la aldea de San Juan Dehedó acababa de levantarse para iniciar sus labores cotidianas en el campo.

Serían entre las 6:30 y 7:00  am de aquel día, cuando un fuerte y estruendoso ruido se escuchó en la colina del cerro conocido como “Chintejé de la Cruz”, inmediatamente el lugareño salió a ver lo sucedido.

Lázaro emprendió la subida,  corrió rumbo al cerro,  algo habría ocurrido allá arriba,  “se escuchó muy fuerte el impacto” diría después ante las autoridades.

Al llegar a la cima un triste cuadro desolador logró ver;  fue el primero en conocer la tragedia; los cuerpos de lo que habían sido seres humanos estaban embarrados entre los troncos de los enormes árboles y algunos costales de color blanco estaban esparcidos en el lugar.

El campesino estaba siendo testigo principal de uno de los mas graves accidentes aéreos que se tengan memoria en suelo queretano, una avioneta Turbo Comander de nueve plazas con matricula HK 2351 procedente de Colombia  que trasportaba casi media tonelada de cocaína, se había desplomado en aquel cerro.

Tres  personas murieron del fuerte impacto, los cuerpos del piloto y sus dos acompañantes quedaron destrozados y esparcidos en un área de 10 metros, algunas de sus partes colgaban dantescamente de los árboles y sus órganos estaban tirados entre las hojarascas.

Ante la gravedad de los hechos, Lázaro  dedujo que la  causa  habría sido la densa neblina que en esos momentos cubría el cerro, inmediatamente bajó de la colina rumbo a la cabecera de Amealco, en su trayecto se encontró con su viejo amigo Luis García quienes juntos se apresuraron a hablar por teléfono a la policía Judicial.

En la zona se pudo ver que partes de la aeronave quedaron diseminadas, mientras que en lo alto del  cerro quedaron tirados y esparcidos varios paquetes de droga, mismos que estaban marcados de cuatro formas diferentes:

Algunos con la palabra “amistad”, otros con la figura de un “escorpión”, unos mas con una figura de un gato y el resto sin ningún señalamiento que pudiera significar el “cártel” al que estaban destinados.

También se supo que la droga era de dos tipos, una blanca y otra ligeramente amarilla, lo que pudiera diferenciar la calidad de la misma.

El comandante de la judicial Pedro Ángeles destacado en aquella partida,  fue la primera autoridad en conocer los hechos, eran las 9:42 horas cuando el jefe policial confirmó a sus superiores el accidente, iniciándose de esta manera una rápida movilización policíaca que culminó con el rescate de los cuerpos.

Fue personal de la policía Judicial del estado al mando de José Luis Aguilar Becerril quienes arribaron primeramente al lugar, luego de acordonar la zona en espera de que las autoridades ministeriales dieran fe de los espectaculares hechos.

Al final se conoció que las personas muertas tenían un aspecto de origen colombiano,  sus cuerpos totalmente destrozados fueron trasladados al anfiteatro de la capital del estado, mientras que la droga fue resguardada por elementos del ejército mexicano.

Este autor  arribó  tarde al lugar de la tragedia, ese día se cerraba la edición del semanario “El Tiempo de Querétaro” que asociado con el abogado Román Morales  Martínez estaba por publicarse.

Llegué a Chintejé acompañado del  entonces fotógrafo Raúl Mejía Pérez que quiso ser periodista, pero su mediocridad lo llevó a ser un policía más del montón, gracias a Carlos Mier Montes que llegó a dirigir  la policía municipal de San Juan del Río y ahora  la Guardia municpal de la capital del estado.

Se supo que la aeronave accidentada pertenecía a la Aerolínea Inter colombiana Limitada, ALICOL LTDA conocida como taxi aéreo con matrícula de bitácora KH 3461, serie 91028 y modelo 62680.

Después tomaron conocimiento de los hechos personalmente el procurador general de Justicia Francisco Guerra Malo, el general Francisco Fernández Solís  de la 17ª. Zona militar, Gilberto Vargas Muñoz delegado de circuito de la PGR, así como altos jefes de la policía federal de caminos quienes sobrevolaron con helicópteros el lugar del accidente.

Según estimaciones de las autoridades militares, la cantidad de droga que transportaba la avioneta sería de 500 kilos, sin embargo al final solamente se lograron asegurar 265 kilogramos, (hasta la fecha es un  misterio de quienes se pudieron haber quedado con el faltante), se dijo que la pureza de la coca pudo haber soportado hasta siete “cortes”.    >>CONTINUARÁ…>>